Más Información
Embajada de EU en México continúa capacitaciones a INM en migración; estamos orgullosos de apoyar, dice
De la Fuente alerta por tráfico ilícito de bienes culturales; Gobierno recupera 220 piezas arqueológicas
Reforma “ternurita”: Imjuve lanza campaña para promover elección judicial; “ellos nos salvarán del neoliberalismo”
alberto.morales@eluniversal.com.mx
A seis años de haber asumido el cargo, el gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes (PRI), afirma que sacó adelante el estado al recuperar la seguridad pública, pero sobre todo, al darle una estabilidad financiera que hoy permite tener números sanos y ordenados.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el mandatario estatal recuerda que en 2010 —al arranque de su gobierno— recibió por parte de la administración de Amalia García (PRD) una deuda real de 5 mil 200 millones.
“Cerraremos con 7 mil 400 millones de pesos en los que el diferencial está fundamentalmente en inversiones en materia de seguridad pública. De cómo recibí y cómo entrego ahora es que dejamos una deuda moderada y razonable, así descrita por las calificadoras Moody´s y Fitch. Sólo 2.5 de cada 10 pesos que tiene el estado van destinados a la deuda y al mismo tiempo la relación entre participaciones federales y deuda, somos el sexto estado con menor deuda. Eso permite entregar finanzas sanas y ordenadas”, explica.
El mandatario asegura que a diferencia de su antecesora —quien sólo le entregó unos discos magnéticos con la situación financiera de la entidad—, su administración reglamentó el proceso de entrega-recepción “y con ello Zacatecas tendrá una de las transiciones más estables y armónicas de las que se tengan memoria”.
Alonso Reyes analiza el pasado proceso electoral de julio y reconoce que en Zacatecas hubo una elección muy competida con Morena; sin embargo, dice, los ciudadanos tomaron una decisión en busca de resultados y estabilidad: en favor del candidato de su partido, Alejandro Tello Cristerna.
El priísta rechaza que su partido haya sufrido una derrota en el proceso, para él fue “un saldo complicado porque hubo triunfos importantes” en Zacatecas, Hidalgo y Tlaxcala.
“Como en todo partido, no hay triunfos ni derrotas para siempre. Este saldo final del 5 de julio me parece que el PRI lo está asimilando con inteligencia y madurez a efecto de recomponer lo que se requiera para que en las elecciones de 2017 en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, y en 2018 en el proceso por la Presidencia, el PRI se prepare porque nos sabemos adaptar a las distintas realidades y asimilar los triunfos y las derrotas”, asegura.
Balance
¿Cuál es el balance de su gestión?
—A un mes de terminar el sexenio, no tengo duda de que entregamos un mejor Zacatecas, cuyos indicadores de empleo, seguridad, salud, educación e infraestructura son mejores que los recibidos hace seis años.
En 2010 recibí [el estado] con problemas financieros muy delicados: una deuda real de 5 mil 200 millones de pesos con cortos plazos a pagar que implicaron impulsar una reestructura financiera y que tenían vencimientos cortos, deudas con bancos y proveedores... de tal forma que, por las condiciones que existían, causaron que las calificadoras crediticias nos bajaran la calificación a los últimos lugares.
¿Cuáles fueron los problemas con su antecesora, Amalia García? ¿No hubo entrega-recepción?
—Fue un gobierno de transición del PRD al PRI en el que no hubo voluntad política para que hubiera un proceso natural de entrega-recepción; lo único que existió el mismo día de la toma de protesta fue la entrega de unos discos magnéticos en los que supuestamente venía la información que guardaba la administración pública de Zacatecas. Eso también lo hizo complicado.
¿Cómo enfrentaron la espiral de violencia en la entidad?
—Fue uno de los retos más grandes que tuvimos que enfrentar, no había otra solicitud o planteamiento de los zacatecanos. Recibimos una policía estatal conformada por 200 elementos, sin estar acreditados ni tener exámenes, ahora entregamos una policía de mil elementos con pruebas de control de confianza y profesionalizados.
Invertimos cerca de 4 mil millones de pesos en seguridad en el sexenio, construimos dos batallones militares y esquemas en los municipios para que a través de arcos de seguridad pudiéramos tener presencia en todo el estado. Compramos cámaras de videovigilancia, nuevas instalaciones de las policías ministerial y estatal. Teníamos un C4 incipiente, contábamos con 24 cámaras de videovigilancia en la zona de la capital del estado y Guadalupe.
Hoy tenemos en Zacatecas, Guadalupe, Fresnillo, en Jerez y hay una gran coordinación con el Ejército la Marina, la Policía Federal, así como con las policías estatales. El mejor reflejo de que la seguridad está mejorando es que hemos tenido en los dos últimos años las temporadas vacacionales y de fines de semana largos con mayor afluencia de turismo de la historia.
En el rubro de inversión, ¿cuáles fueron las metas alcanzadas?
—En 2010 muchas empresas cerraron o se querían ir de Zacatecas a estados vecinos porque había mejores condiciones; no sólo logramos que se mantuvieran, sino que están creciendo y están logrando inversiones importantes. Estamos cerrando con alrededor de mil 700 millones de dólares de inversión. Al inicio de gobierno no llegaba ni a 500 millones de dólares.
¿Esa inversión cuántos nuevos empleos generó?
—Estamos cerrando el sexenio con 40 mil empleos generados; en el sexenio pasado [la cifra] estuvo muy por debajo de 20 mil. Además hay algo muy importante: después de 30 años e intentos fallidos logramos que se construyera el gasoducto que transporta desde hace dos años gas natural en Zacatecas, eso nos dañaba para poder atraer a industrias importantes.
Hoy no sólo somos líderes en la producción de frijol, chile seco y ajo a nivel nacional; el productor número uno de plata, plomo y zinc; sino que hemos diversificado nuestra economía también hacia la industria aeroespacial y hacia la industria de partes automotrices.
Hemos logrado en el sexenio atraer a unas 30 empresas asiáticas, estadounidenses, mexicanas que producen autopartes para vehículos, una rama en la que no se había incursionado en Zacatecas y que ahora nos permite un importante desarrollo.
¿Cuáles fueron los retos en materia educativa?
—Nos enfocamos en generar una visión de la educación no sólo con un sentido de calidad, sino con un sentido social. Apostamos por apoyar con uniformes escolares gratuitos a 200 mil niños y niñas de primaria, en el sexenio se otorgaron poco más de un millón 200 mil uniformes escolares sin distingos y como apoyo a la identidad zacatecana. Aumentamos las becas, mejoramos con más de mil millones de pesos de infraestructura los niveles educativos. Ha sido un refuerzo importante, pero desde 2010 hemos venido haciendo del mejoramiento de las instalaciones de educación básica, media y superior una infraestructura que ahora es más moderna.
En el tema de cobertura educativa, estábamos en el lugar 29, y en el 28 en educación primaria y secundaria; hoy estamos en el lugar cinco en primaría, nueve en secundaria. Pasamos a los primeros 10 lugares del país en cobertura y mejoramiento de calidad.
¿Cuáles han sido las resistencias a la reforma educativa?
—Vamos bien. Hay, desde luego, una expresión que respetamos y no ha compartido [la reforma]. Como en el caso de la CNTE, en Zacatecas es el Movimiento Democrático del Magisterio el que no ha compartido la reforma; sin embargo, la inmensa mayoría de los maestros y maestras zacatecanos están en favor. Se ha evaluado a 90% y cerramos el ciclo escolar con todos los días y horas clase cumplidas.
No tuvimos escuelas cerradas o manifestaciones delicadas en el ámbito de protestas contra la reforma. Ha había algunas expresiones, pero ellos mismos se han conducido con respeto, no han significado una parálisis a la educación, a las vialidades o la actividad comercial como lamentablemente ha sucedido en otros estados.
En salud, ¿cómo deja el estado?
—Algunos centros de salud y el Hospital General no tenían resuelto el tema de operación. No había personal ni equipo; eso significó, como parte de las deudas, que había que resolver lo que se adeudaba para la construcción del Hospital General y en los centros de salud solamente dejaron el cascarón construido. Ahora está operando con buenas instalaciones el Hospital General, construimos alrededor de 25 centros de salud en todo el estado y avanzamos en el tema de la tecnología.
Ahora avanzamos en telemedicina, a través de la robótica médica con la que desde los hospitales grandes se puede trasladar equipo a los centros de salud municipales para detectar los padecimientos de las personas con ayuda de robots y sin que los pacientes tengan que trasladarse a las zonas urbanas.
Adquirimos tecnología de punta como un acelerador lineal para tratar cáncer. De tal manera, avanzamos en cuanto a tecnología y equipamiento.
¿Cuál fue el mayor reto que su administración pudo superar?
—No tengo duda, fue el tema de la seguridad y el tema financiero. Esos dos ámbitos fueron complicados, pero dentro de los desafíos enfrentamos en los dos primeros años de gobierno una sequía muy difícil que impactó a los estados del norte del país.
Vivimos una situación muy delicada y eso, junto con la deuda y la inseguridad, en un estado en el que más de 50% de su población vive en el campo, fue un tema complicado. Lo superamos; construimos infraestructura hidráulica, tres mil grandes bordos en todo el estado, se modernizaron 2 mil 500 pozos agrícolas con el apoyo del presidente Enrique Peña Nieto. Antes se hacían 20 por año, en promedio. También construimos 100 nuevas presas para almacenar el agua.
¿Cómo plantea el proceso de entrega-recepción?
—Desde el inicio de mi gobierno decidí reglamentar para que la entrega-recepción no fuera un asunto discrecional del gobernante saliente. Hicimos una reglamentación muy precisa que ha permitido que exista muy buena coordinación y comunicación.
Ya comenzó el proceso y será una de las transiciones más estables y armónicas de las que se tengan memoria, lo que impactará positivamente en los ciudadanos porque no se perderá el tiempo en dimes y diretes. El gobierno entrante cuenta con información clave para que desde el primer día tenga todos los hilos en la mano.
El tricolor en las elecciones
El PRI pudo conservar Zacatecas, pero ¿cuál es su análisis del pasado proceso electoral?
—La pluralidad democrática en México llegó para quedarse y este mosaico que el propio país tiene es un elemento altamente positivo. Desde el punto de vista democrático, cada vez se dan elecciones más ordenadas y participativas. Eso es un gran triunfo.
El 5 de julio pasado, los electores en las entidades en las que hubo sucesión de gobernador valoraron distintos aspectos: el ejercicio de gobierno, partidos, candidatas y candidatos, propuestas, plataformas ideológicas, pero también las campañas que no fueron muy propositivas y que son elementos casi fundamentales en la decisión.
En Zacatecas el PRI refrendó el triunfo con Alejandro Tello como gobernador; con más de 70 mil votos, hubo una diferencia contundente de la voluntad ciudadana y el partido en el Congreso tendrá mayoría.
Los analistas dicen que fue una gran derrota para el PRI.
—Como en todo partido, no hay triunfos ni derrotas para siempre. Este saldo final del 5 de julio me parece que el PRI lo está asimilando con inteligencia y madurez, a efecto de recomponer lo que se requiera para que en las elecciones de 2017 en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, y en 2018 en el proceso por la Presidencia, el PRI se prepare porque nos sabemos adaptar a las distintas realidades y asimilar los triunfos y las derrotas.
Aunque fue un saldo complicado para el PRI, hubo triunfos importantes como en Zacatecas, Hidalgo y Tlaxcala. En Zacatecas fue una elección muy competida con Morena, pero los ciudadanos decidieron libremente tomar una decisión en favor de los resultados y la estabilidad.
¿Cuál es el destino político de Miguel Alonso Reyes?
—Vamos a ver qué sucede. Estuve concentrado seis años en mi estado; fui, quizá, un gobernador que no hizo tanta presencia desde el punto de vista mediático. Mi tarea estaba en Zacatecas, más que en una promoción personal. Mi prioridad fue atender a la gente y entregar buenos resultados. Yo no tengo otro compromiso que no sea cerrar bien y que el proceso de entrega-recepción sea positivo. Después del 12 de septiembre la vida dirá.
¿Y si lo invitan a colaborar en el PRI o con la Presidencia?
—Estaría abierto [a una invitación], tengo 44 años de edad, 20 años trabajando en el sector público. Mi vocación ha sido la política y me gustaría mucho continuar en ella y tener responsabilidades legislativas, no he sido legislador federal.
¿Buscará una “sana distancia” con el nuevo gobernador?
—Sí. Mi decisión es venir a vivir a la Ciudad de México; eso es lo más sano y más prudente. Desde luego, en Zacatecas están mis raíces y mi familia. Iré, pero seré respetuoso de la nueva administración y cuidadoso de ser un buen ex gobernador, ojalá los ciudadanos hagan esa consideración.