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Los panistas andan como niño con crayola nueva, luego de alcanzar una sonora victoria en las recientes elecciones donde ganaron siete de 12 gubernaturas, entre ellas, Veracruz y Chihuahua, donde los mandatarios electos declararon que planean entambar a sus antecesores priístas. El anuncio hizo poca gracia a los Duarte. Pero a Ricardo Anaya, el niño azul de los 674 mil spots, le brillan los ojos sólo de pensar en el 2018. Por otra parte, Morena ganó al PRD en la CDMX; sin embargo, no le alcanzaron los votos para hacerse de un gobierno estatal y —como es costumbre— alegaron fraudes orquestados por los mapaches locales. Ni modo, tanto don Cuitláhuac García, que aspiraba al puesto de tlatoani jarocho, como David Monreal, el hermano más regañado de todo Zacatecas, tendrán que regresar a sus curules en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, respectivamente.
¿No le pierden? Y ni hablar del compañero de sector y de partido, que no sale ni en rifa, porque no pocos pronosticaban que su futura candidatura presidencial dependería de las cuentas que entregara como presidente del tricolor. Ay, ese Manlio Fabio Beltrones, ¿habrá pensado a qué país le gustaría irse a vacacionar, perdón, para irse de embajador? En cambio, Margarita Zavala deshoja flores azules, al tiempo que un poblano sueña en grande. Arrancó la carrera por 2018: hagan sus apuestas.
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