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Los reflejos de los senadores duermen ya esta madrugada de viernes, pero siguen en el pleno en un duelo con oradores en tribuna que pierden la conexión de sus ideas y su entusiasmo persuasivo para pedir que sus intervenciones se inscriban en el Diario de los Debates, que es como una fosa común de la discusión. Están cansados, pero no alcanzan a poner fin a una sesión.
Será una jornada senatorial para la historia, pues, como pocas sesiones de la Cámara Alta, ha sido compleja. Ni los timoneles —Gamboa, Herrera y Barbosa— han podido establecer una ruta para el tránsito de reformas y todo se complica.
Esta es una competencia de resistencia larga que se abre en el pleno a las 14:10 horas del jueves y concluye a las 4:52 del viernes, pero lo cierto es que desde hace una semana los grupos parlamentarios mueven las piezas de su juego y ajustan su estrategia con el avance de las horas. En tribuna, entre escaños, en salas y oficinas de coordinadores; también en el estrado de declaraciones a los periodistas, tan solicitado en esta etapa senatorial, que los dirigentes esperan turno para abrir fuego hacia sus contrarios.
Gamboa habla firme, duro. Lo persuasivo de su estilo quedó de lado. Niega que sea su responsabilidad atrasar los temas estelares, anticorrupción, mando único y marihuana. Barbosa, culpa al PRI de todo; Herrera dice que van “por siete de siete que el PRI obstruye”. Reta al priísta a que en una hora reabran negociaciones. Parece arena de lucha libre, rudos contra técnicos.
Las voluntades se enredan y nadie sabe para dónde irá la agenda del pleno.
Ocurre algo violento. Armando Ríos Píter (PRD), propuesto para ser constituyente de la Ciudad de México, recibe 29 votos a favor y cuatro en contra, insuficientes para ser aprobado, porque 46 se emiten para Alejandro Encinas, quien no estaba inscrito en la cédula de votación. Ninguno pasa.
Mientras, el duelo ensombrece y enoja a Miguel Barbosa Huerta, el coordinador de los senadores del PRD. Áreas del PRI y PVEM se complacen de romper la regla no escrita: brindar el apoyo a grupos ajenos.
La adrenalina es un chorrito de energía para un pleno que aprueba dictámenes a ciegas, sin saber de su contenido, porque al rato va a amanecer.
Así legislan.
