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La resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el juicio de amparo promovido por cuatro particulares para que se les autorizara el consumo personal de marihuana, activó un necesario y sano debate en torno a la legalización de esta sustancia, a efecto de que pueda ser utilizada con fines lúdicos o recreativos, como parte del libre desarrollo de la personalidad y el ejercicio de los derechos humanos en nuestro país.
Vale la pena apuntar que esta decisión no modifica la legislación vigente o la política contra las drogas en México, pues únicamente tiene efectos jurídicos para las personas que interpusieron el amparo. La marihuana sigue siendo hoy una sustancia prohibida, simple y sencillamente porque daña la salud de las personas.
El fallo del máximo tribunal debe respetarse y acatarse, pero no debe dar pie a decisiones e interpretaciones precipitadas, mucho menos de índole legislativo sobre un tema tan delicado.
En el Grupo Parlamentario del PRI nos hemos manifestado a favor de una amplia consulta pública, que sirva como marco para conocer la opinión de la sociedad y, particularmente, los estudios especializados, la voz de los expertos y la experiencia internacional.
La idea es que médicos, psicólogos, sociólogos, abogados e internacionalistas nos ayuden a analizar los efectos que tendría para la salud y la sociedad el tránsito de un esquema eminentemente prohibitivo —como el que tenemos— a otro de tipo regulatorio, como el que empieza a surgir en otros países.
Asimismo, tendríamos que definir puntualmente las actividades que serían sujetas a regulación, las cuales pueden ir desde el cultivo y la cosecha, hasta la comercialización y distribución de esta sustancia.
Es importante enmarcar nuestro debate en la política internacional de control de drogas, adoptada por el consenso de las naciones a nivel hemisférico y global. En ese sentido, la postura que asuma nuestro país en este tema será un referente obligado, especialmente de cara a la próxima sesión extraordinaria de la Organización de las Naciones Unidas, que se celebrará el siguiente año.
Bajo este tenor, el debate surgido en México adquiere una relevancia nacional e internacional sin precedentes, que nos obliga a estudiar detenidamente cada una de las posturas vertidas.
Los senadores del PRI estamos abordando el tema con seriedad y responsabilidad, basados en el acuerdo que aprobó el pleno del Senado, para que mediante una serie de foros, que iniciarán en enero, se realice una amplia consulta nacional.
El Presidente de la República ha fijado una posición muy clara y respetable, manifestándose en contra del consumo de esta droga, en tanto que daña la salud y compromete el futuro de nuestros niños y jóvenes. Sin embargo, con la apertura y sensibilidad que lo caracterizan, el presidente Enrique Peña Nieto ha convocado a una gran discusión nacional, que nos ayude a deliberar sobre la legalización de la marihuana.
Sin duda alguna, nos encontramos ante un momento definitorio para nuestra sociedad, una disyuntiva que debe ser resuelta con la máxima responsabilidad. En el Grupo Parlamentario del PRI estamos conscientes de ello, por lo que no vamos a tomar decisiones a la ligera.
En el Senado de la República damos la bienvenida a este debate, bajo la única premisa de decidir en función del interés público.
*Coordinador parlamentario del PRI en el Senado