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Huérfano de líderes históricos, sin gobernadores, líderes parlamentarios y sin mayor protocolo, el PRD arrancó ayer su 14 Congreso Nacional Extraordinario, planteado como el que preparará la escena para la salida anticipada del décimocuarto dirigente nacional: Carlos Navarrete Ruiz.

El evento inició sin que el aún presidente rindiera su “informe político”, pero descartó que haya desánimo: la “fiesta política” —sostuvo— será mañana, en que ya con la presencia de gobernadores perredistas emita su último mensaje como dirigente en un Congreso Nacional perredista.

Eso sí, como ofreció en agosto, pone a disposición de su partido la presidencia a la que llegó hace 11 meses. Por lo pronto, el desangelado evento que inició ayer marcará el arranque de la sucesión perredista una vez que concluya, el domingo, con un paquete de reformas estatutarias.

La mayor parte de ellas serán para adecuar sus documentos básicos a las nuevas obligaciones constitucionales en materia de paridad de género y de transparencia, aunque la atención se centrará en la eliminación del candado de antigüedad de dos años como requisito para acceder a cualquier cargo de dirigencia del partido.

Navarrete Ruiz aseguró en entrevista que las reformas internas son de fondo, aunque el candado sea el asunto más atractivo mediáticamente.

Rechazó que su partido llegue debilitado al Congreso e, incluso, a unos días de que salieran más perredistas de sus filas, entre ellas las legisladoras Ariadna Montiel, federal, y Aleida Alavez, local —ésta para irse a Morena— Navarrete minimizó las fugas.

“No veo ningún riesgo de desmoronamiento del PRD, pese a que con frecuencia algunos malquerientes nuestros quisieran vernos de‎smoronados”, hay 4.3 millones de votantes del PRD que “no son de humo”.

Preparación al 2018. El congreso inició con casi seis horas y media de atraso, con la presencia de 851 integrantes de mil 500 y un breve mensaje del presidente de la Comisión Organizadora y del Consejo Nacional, Ángel Clemente Ávila, quien dijo que su partido está en tiempo de enfrentarse a las elecciones de 2016 y llevar a la izquierda a la Presidencia en 2018.

Los congresistas discutirán hoy, en cuatro mesas, reformas‎ a sus documentos de Estatuto, Programa, Línea Política y Declaración de Principios, para llevar los dictámenes a votación de la plenaria, el sábado.

Jesús Ortega Martínez, líder nacional de la corriente Nueva Izquierda, centró la ‎importancia de los cambios por aprobar, en marcar un antes y un después en la relación del partido con sus gobiernos en transparencia, rendición de cuentas y “tolerancia cero” a la corrupción.

De acuerdo con el proyecto del programa, promoverán en el 14 Congreso Nacional Extraordinario el fin al fuero para el Presidente de la República, entre otros.

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