Más Información
Embajada de EU en México continúa capacitaciones a INM en migración; estamos orgullosos de apoyar, dice
De la Fuente alerta por tráfico ilícito de bienes culturales; Gobierno recupera 220 piezas arqueológicas
Reforma “ternurita”: Imjuve lanza campaña para promover elección judicial; “ellos nos salvarán del neoliberalismo”
politica@eluniversal.com.mx
El diputado federal electo del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, admite estar distanciado de la que fue su corriente, Nueva Izquierda, aunque no ha roto con ellos.
Aún y bajo su nueva condición, opina que Nueva Izquierda va a contribuir, “a que el partido camine y abone”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, adelanta que hay un planteamiento para crear un consejo consultivo, integrado por intelectuales y externos. No desaparecer corrientes, dice, pero que vean primero por el partido.
Ve tres posibilidades para el relevo en el PRD: un militante, el relevo generacional y que un personaje externo, con actividad política, pero sin militancia pueda presidir, lo cual está abierto pero tendrían que modificarse los estatutos del partido.
No descarta que en los próximos días puedan empezar a afiliarse externos. Pero, dice, no están buscando “intelectuales de la torre de marfil”.
En una autocrítica, dice que el mal resultado en el Distrito Federal vino por la división de la izquierda.
Como diputado electo y aspirante a coordinar su bancada, Acosta, quien ya fue presidente del partido y presidente de la Cámara Baja, sostiene que no hay ruptura con Jesús Zambrano; no hace cálculos para llegar a ese encargo, “soy malo para los pronósticos deportivos, no me gusta comprar cachitos de lotería”, pero sigue en la contienda.
Además, adelanta, hay más aspirantes como Hortensia Aragón o José Antonio Estefan.
De la relación con Andrés Manuel López Obrador, dice que debe ser de búsqueda intensa por la unidad. “No va a ser fácil, pero el llamado no sólo es para Andrés, la izquierda no se limita para Andrés, hay otros partidos a los que queremos incluir en la unidad”.
“No quiero ser Barbosa”
¿Hay un rompimiento de usted con Nueva Izquierda?
—No es exacto; lo que estoy planteando al conjunto del partido es que en esta etapa debemos de poner mucho más interés en la sociedad y el partido que en el interés de la corriente. Eso genera la versión de que hay un conflicto, una ruptura o un pleito. No soy partidario de los partidos monolíticos o de la desaparición de corrientes, porque aunque fuera partidario, eso no va a suceder ni en el PRD ni en el PAN ni en el PRI ni el Socialista Obrero Español.
¿En este momento usted no pertenece a Nueva Izquierda?
—En este momento yo pertenezco al PRD y quiero poner como prioridad pertenecer al PRD y le tengo un respeto a las expresiones y a Nueva Izquierda en primer lugar que a ninguna.
¿Nueva Izquierda dejó principios y por eso toma esa distancia?
—No quisiera convertir esa discusión en un tema del pasado, es un tema más interno. Yo quisiera ver más a futuro para el PRD.
¿Entonces, se va muy bien?
—No me voy del partido, todos somos compañeros. Me voy bien (de Nueva Izquierda) con muchas amistades, con muchas coincidencias en otras. Tengo una mejor esfera de libertad y quiero mantenerme así. Yo [Miguel] Barbosa no quiero ser, eso no quiero ser. Se ve uno mal, causa uno el ridículo.
¿Qué ofrece usted que lo diferencia de Zambrano para coordinar?
—Ya lo fui. Tengo la experiencia de ser el vicecoordinador del grupo parlamentario y presidente de la Cámara de Diputados. Por lo tanto, conocer bien el funcionamiento, tanto de la lucha política, como del trabajo institucional.
Segundo, creo que en esta etapa debemos de tener un papel con un énfasis mucho más opositor frente al PRI y al gobierno de la República, una oposición que señale las insuficiencias, el fracaso de este gobierno en muchos aspectos. El gobierno recibió de la oposición, en sus primeros dos años, un respaldo para hacer una cantidad de reformas estructurales muy importantes, para que el país saliera adelante y han fracasado, no sacan un perro de una milpa, no han resuelto problemas estructurales que tenemos.
Del grupo negociador del Pacto por México pasa a una propuesta de coordinador aguerrida, ¿no es una contradicción enorme?
—No, porque son dos coyunturas distintas. Nosotros les dimos los elementos para tener más recursos, más ingresos y esos 300 mil millones de pesos no se han visto reflejados en una mejora de la economía del país ni de la situación social de la gente. No ha cumplido el gobierno federal.
¿No se arrepiente?
—No, y mire que nos ha costado mucho. Dos reformas molestaron a los poderes fácticos del país: la fiscal y la de las telecomunicaciones.
¿Qué hizo mal Carlos Navarrete, él debe ser el pagano...?
—A Navarrete nadie le pidió la renuncia. Yo sé lo que es vivir al PRD bronco porque fui dirigente y a mí me tomaban la dirigencia. Nos metimos un mes a discutir internamente, hicimos una autocrítica muy fuerte, no fue menor. Luego encontramos nueve medidas que habría que tomar. Cuando teníamos la columna vertebral dijo Carlos: compañeros ahora debemos tener voluntad política para aplicarlo, pero la voluntad de cambio no será efectiva si seguimos los mismos, es cuando pone a disposición los cargos de él y Héctor Bautista. Verán a quien se elegirá y no será gatopardismo.
A Jesús Ortega se le ve como el factótum del partido...
—Incluso está adelante. Jesús Ortega tiene una influencia muy importante en el PRD, sin duda. En algún momento se le reconocen los aportes para la izquierda. A Jesús yo lo miro como un activo, no como otra cosa. Hay algunos que estaban en el PRI que cuando Jesús Ortega estaba en el PMS y en la izquierda, que lo acusan de cosas. Tanto Jesús como Jesús Zambrano, Carlos Navarrete y Miguel Alonso Raya son de enorme trayectoria, algunos vienen de la guerrilla, de la oposición.
¿Apoya a un externo?, se habla de un externo para dirigir al PRD...
—Yo apoyo a quien unifique al partido, de ellos no habrá externos. Quien dirija al partido tendrá que ser afiliado.