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politica@eluniversal.com.mx
El ex presidente nacional del PRD y diputado federal electo, Jesús Zambrano Grijalva, anticipa que la nueva dirigencia del partido deberá surgir de un acuerdo entre las diferentes corrientes, pero adelanta que Nueva Izquierda (NI), a la que pertenece, no se jubilará.
“Que quede claro, nosotros como Nueva Izquierda no nos estamos jubilando, no estamos haciendo caso a los que dicen que nos quieren mandar a cuidar a los nietos, que ni nietos tengo a estas alturas, y vamos a participar activamente en la toma de decisión de quien sea presidente o presidenta, no nos vamos a hacer a un lado”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma que no cree en un candidato externo para salvar al partido; el próximo dirigente debe ser de adentro.
“No creo en salvadores externos como si estuviéramos a punto de la muerte”, señala Zambrano Grijalva.
Dice que Carlos Navarrete hizo lo posible y acepta su responsabilidad en la situación del PRD, con errores como el deterioro entre corrientes, falta de apertura a la sociedad y el cuidado de los gobiernos y bancadas.
Aspirante a coordinar la fracción de diputados, niega disputa con Guadalupe Acosta Naranjo, pero dice tener los votos suficientes para ganarle.
Firmante del Pacto por México, asegura que se acabaron los tiempos de “viejos pactos” y ahora serán una fuerza opositora al gobierno “muy intransigente en favor de la gente, pero una izquierda racional y razonablemente comportada y respetuosa de las instituciones”.
¿Tan grave es la crisis en el PRD, cuál es su autocrítica?
—No nos vamos a morir ni vamos a desaparecer de la escena pública, ni vamos a continuar en una lógica de un deterioro que tuvimos en los últimos años, en los últimos meses, en un escenario muy complicado para la vida del país y del PRD. Hemos decidido hacer un alto en el camino, decir llegamos a un límite y después de esto es inadmisible continuar con esta lógica que podría llevarnos a la autodestrucción y por eso hemos acordado las nueve grandes líneas de acción.
¿Qué opina de cambiar estatutos para la llegada de un presidente con menos antigüedad, externo?
—Primero, estoy absolutamente convencido que la renovación, la reforma y las posibilidades, que son muchas, del relanzamiento del PRD, tendrán que venir desde dentro del partido, desde el seno de sus filas.
No creo en salvadores externos como si estuviéramos a punto de la muerte. Si la renovación no viene desde dentro, entonces no vendrá de ningún lado y tendrá que construirse a partir de las enormes potencialidades, de las experiencias acumuladas y de las capacidades que la pluralidad y sus distintos liderazgos haciéndose acompañar de la vitalidad de expresiones de izquierda amplias en la sociedad. En todo caso, si hay nuevos liderazgos pudiéramos considerarlos para futuros relevos en año y medio o dos años para una nueva elección de órganos del partido.
¿Qué se debe privilegiar, la supervivencia de las corrientes o la supervivencia del partido?
—Nuestro problema ha sido que el interés de las corrientes se ha sobrepuesto al interés del partido y han terminado por cerrarlo, han terminado con amenazar en los hechos asfixiando al partido. Esto es lo que no podemos permitir.
Tenemos que dejar claro que primero está el interés del partido y después las corrientes, y que para llegar a ser miembro de una dirección no es obligatorio que tengas que militar en una corriente, porque terminas haciendo un partido de corporaciones y eso es lo que le ha hecho daño al partido.
¿Cabría la posibilidad de que desaparezcan las corrientes?
—El llamado a la disolución de corrientes que ha habido en los últimos días me parece que suena inviable y falso porque lo hacen quienes llegaron a un cargo de elección popular a través de las corrientes. Hay que llamar a superar a las corrientes y a los grupos de interés que se sobreponen al interés general del partido.
¿Jesús Ortega seguirá siendo el factótum del partido?
—No es factótum. Nueva Izquierda no es el factótum, solos no podríamos tomar ninguna decisión si quisiéramos actuar contra el resto de las corrientes internas. Representamos apenas 36% de los consejeros nacionales, eso no es ser factótum.
¿Qué los llevó a confrontarse, cuáles fueron las diferencias entre usted y Guadalupe Acosta Naranjo?
—No hay confrontaciones. Estoy seguro de que vamos a llegar a un acuerdo, cualquiera que sea. Se ha dicho que Acosta Naranjo había decidido salirse de Nueva Izquierda, no lo sé, yo no he tenido conocimiento de alguna expresión pública al respecto.
¿Cómo debería ser la relación del PRD con López Obrador?
—De respeto mutuo, sin condiciones y sin insultos. Lo que no podemos es aceptar condiciones que suenan a rendición, como la que pide que reconozcamos que somos fraudulentos, reconozcan que son unos pillos para que yo pueda dialogar con ustedes.
Es como si estuviéramos en las peores condiciones recordándote a la procreadora de uno mismo y así no se pueden construir cosas.
¿Con el gobierno federal, cómo tendrá que ser la relación del PRD?
— Se acabaron los tiempos de los viejos pactos, de posibles actuaciones que puedan si quiera poner en duda nuestro carácter de fuerza opositora de izquierda, pero tampoco vamos a caer en la irracionalidad.
Vamos a ser una izquierda muy intransigente en favor de la gente, pero una izquierda racional y razonablemente comportada y respetuosa de las instituciones. Con el gobierno federal, de una clara oposición a sus políticas depredadoras de la economía y de la capacidad adquisitiva de la mayoría de la sociedad.
Debemos ser claros en qué no estamos de acuerdo, en qué no vamos a ceder, afirma Zambrano Grijalva.