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Se ha convertido en una costumbre para el líder del PRD, Carlos Navarrete, cometer indiscreciones.
Lo mismo lo graban en sus discursos de catástrofe electoral –aquello de que el PRD perderá el DF en el 2018-, que dando la noticia de que el PRD va a fusionar al PT para salvarle el registro y, por supuesto, las prerrogativas, nos dicen.
Más allá del supuesto interés en la negociación con el Partido del Trabajo, que está en el proceso de perder el registro por no alcanzar en las elecciones del 7 de junio el porcentaje mínimo requerido de 3%, don Carlos buscaba darle algo de oxígeno al perredismo con la suma de los petistas, nos hacen ver.
Pero es una pena que los dirigentes del Partido del Trabajo consideren que la fusión con el PRD eso es sólo un sueño de Navarrete, porque ellos tienen más afinidades con Morena que con los Chuchos, corriente que controla los órganos de dirección perredistas.
De hecho, el Partido del Trabajo decidió levantar bandera blanca con los consejeros del Instituto Nacional Electoral ante la posibilidad de perder el registro.
El dirigente del PT, Alberto Anaya, busca mantener el registro y ha decidido fumar la pipa de la paz con los consejeros electorales, en momentos en que se define el futuro del partido, nos comentan.
Al final, todo reventó por la indiscreción de Navarrete, nos hacen notar.
¿Algo más que decir, don Carlos?