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Las cabezas de las agencias de inteligencia de Estados Unidos comparecieron ayer ante el Senado, en una jornada de audiencias que dejó a todos los presentes con más preguntas que respuestas por las negativas constantes de confirmar o desmentir cualquier pregunta referida a sus comunicaciones con el presidente Donald Trump en relación con la investigación del Rusiagate.
Tanto el director nacional de Inteligencia, Dan Coats, como el de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Mike Rogers, apostaron por el mutismo ante cualquier pregunta de los senadores, lo que terminó con un gran sentimiento de frustración entre unos legisladores que expresaron su sensación de que obtienen más información de los medios de comunicación que de los funcionarios públicos. “No creo que sea apropiado que comente esto en una sesión pública”, dijo Coats. “No creo que sea apropiado en este escenario”, remató, abriendo la puerta a que pudiera comentarlo en carácter confidencial a puerta cerrada. “No voy a discutir ninguna conversación privada con el presidente de EU”, respondió más tajante Rogers.
“No entiendo por qué no responden las preguntas”, cuestionó el senador independiente Angus King.
“Creo que su poca voluntad para responder a preguntas básicas habla por sí sola”, resolvió el senador demócrata Martin Heinrich.
Ambos habrían sido cortejados por el presidente Trump para intentar que negasen públicamente que había pruebas para demostrar una supuesta relación entre su campaña electoral y el Kremlin para interferir en las elecciones, según publicó el mes pasado el The Washington Post.
El mismo diario aseguró el martes que Trump pidió a Coats que convenciera a Comey de que abandonara la investigación al ex asesor en seguridad nacional Michael Flynn.
Ambos se habrían negado por tratarse de peticiones “inapropiadas”, pero ninguno de los dos quiso comentar sobre esa información.
Sin embargo, tanto Coats como Rogers sí aseguraron que nunca sintieron “presión” para hacer nada “ilegal, inmoral o poco ético” en relación con alguna investigación.
En la comparecencia también participaron el director interino del FBI, Andrew McCabe, quien en casi todo momento lanzó pelotas fuera sobre su conocimiento de las comunicaciones entre Comey y Trump.
“No voy a comentar en las conversaciones que el director [Comey] habría tenido con el presidente. Sé que mañana [jueves] testificará ante ustedes. Tendrán una oportunidad para preguntarle”, contestó.