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El Palacio de Buckingham anunció a las 11 de la mañana del jueves, hora de Londres (5:00 am, hora de México), que el duque Felipe de Edimburgo, esposo de la reina de Reino Unido, se retirará de la vida pública en agosto, a los 96 años.
El comunicado puso fin a una noche de especulaciones, después de que la reina Isabel II convocara de madrugada a todo el personal de la Casa Real para un anuncio importante.
“El duque de Edimburgo ha decidido que no seguirá participando en compromisos públicos a partir del otoño de este año. Para tomar esta decisión cuenta con el apoyo de la reina”, informó el comunicado dado a conocer por la Casa Real.
Una de las primeras reacciones a la noticia fue de Theresa May, la primera ministra británica, que expresó su “profunda gratitud y buenos deseos” al príncipe por su apoyo a la reina y su “servicio al país”.
La Casa Real resaltó que la reina, de 91 años de edad, mantendrá su agenda habitual “con el apoyo de otros miembros de la familia real”.
Con esta afirmación quedaron atajadas las versiones sobre la enfermedad o una posible abdicación de Isabel II, la monarca más longeva de la historia británica y la jefa de Estado de mayor edad de todo el mundo. Su salud preocupó a la sociedad británica durante el pasado diciembre, cuando una gripe la mantuvo alejada durante 10 días de cualquier acto público en plenas fiestas navideñas.
Al príncipe Felipe, que nunca tuvo un papel más que protocolario dentro de Buckingham, se le atribuye un peso importante en la estabilidad de la familia real. Así lo reconoció la propia reina, quien pese a ser poco aficionada a las muestras públicas de cariño declaró en 2011: “Es mi roca. Ha sido mi fuerza y mi sostén”.
El comunicado oficial asegura que “el príncipe Felipe atenderá desde ahora y hasta agosto los compromisos previamente programados, tanto individuales como de acompañante de la reina. A partir de entonces, no aceptará nuevas invitaciones para visitas y compromisos, aunque puede decidir acudir a ciertos eventos públicos de vez en cuando”.
Felipe de Edimburgo cumplirá 96 años el próximo mes y es presidente o miembro de más de 780 organizaciones británicas a las que seguirá vinculado pero sin un cargo.
Buckingham ha detallado que desde 1952, cuando Isabel fue coronada reina, el príncipe “ha realizado 22 mil 191 actos en solitario”. El último de ellos fue este mismo miércoles, cuando inauguró una grada en el estadio Lord’s de criquet de Londres. Haciendo gala de su legendaria ironía, Felipe de Edimburgo se presentó como “el develador de placas más experimentado del mundo”.
Los empleados de las residencias reales de todo el país (el castillo de Balmoral, en Escocia, el castillo de Windsor, en las afueras de Londres, y de la mansión privada de Sandringham, en el condado de Norfolk) fueron convocados en la madrugada del jueves para asistir a una reunión esa misma mañana en Londres.
El diario británico Daily Mail publicó la noticia y generó una ola de versiones sobre la posibilidad de que el estado de salud de Isabel II hubiese empeorado. Durante las horas de intriga, los portavoces de la realeza británica insistieron en que no había motivo de preocupación y la bandera británica nunca dejó de ondear en lo más alto del asta del palacio real, como señal de la buena salud de sus ocupantes.
Finalmente el más alto consejero de la Casa Real, el lord Chamberlain, y el secretario privado de la reina Isabel II, sir Christopher Geidt, se dirigieron a los trabajadores para transmitirles la despedida del príncipe Felipe tras 70 años de actividad.
El duque siempre se ha mantenido a la sombra de Isabel II. Con ella ha tenido cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, y los comentaristas monárquicos le atribuyen el mérito de haber atemperado la imagen de frialdad de la reina con su carácter desenvuelto y bromista.