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Hechos como que Melania no se mudara con su esposo y presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la Casa Blanca tras la posesión, y los desaires en público que ella le ha hecho al no querer tomarlo de la mano, hacen pensar que la pareja estaría pasando por momentos complicados.
El último desplante de Melania ocurrió durante la primera gira internacional de Trump como presidente, cuando la Primera Dama rechazó la mano del mandatario con una palmada en un recorrido con Benjamin Netanyahu, premier israelí, en Tel Aviv.
La situación ocurrió cuando caminaban por una alfombra roja y ella, vestida de blanco, al ver que Trump estira su mano, lo rechaza dándole una palmada y continuando su recorrido sola.
La pareja presidencial está casada desde el 2005 y fruto de su relación tienen a un hijo, Barron Trump.
También, en la posesión de Donald Trump como presidente, en enero de este año, se vio a Melania hacer gestos de poca felicidad durante la ceremonia de investidura.
Ese 20 de enero, ella, vestida de un traje Ralph Lauren celeste, atrás de su esposo, le sonríe cuando este se gira para hablarle. Apenas el magnate se dio la vuelta, el rostro de Melania cambió bruscamente a un gesto sombrío. Aún se desconoce si Trump dijo algo para que la expresión de la Primera Dama terminara en un gesto de preocupación.
El hashtag #SaveMelania (salven a Melania) se hizo popular.
Luego, Melania decidió no mudarse a la Casa Blanca, en Washington, alegando que permanecería en Nueva York hasta que su hijo Barron terminara el curso escolar, revelaba New York Post.
Otra de las ocasiones en que Melania ha desairado a Trump fue a la llegada a Roma. La pareja presidencial, que arribó en el Air Force One, bajaba del avión y el mandatario estadounidense ofrece su mano para ayudar a su esposa a bajar las escaleras.
La Primera Dama se tomó el cabello que al parecer se le movía por el viento y dejó con la mano estirada a su esposo, hecho que otros señalan que fue pura coincidencia.
*Con información de El Tiempo - Colombia / GDA
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