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Trabajaban hasta el cansancio bajo condiciones deplorables, dormían en el suelo, se alimentaban de las sobras, les habían quitado su pasaporte e identificación, y eran constántemente vigiladas por sus verdugos. Así vivían las 23 mujeres que servían a la princesa emiratí Sheikha Hamda al-Nahyan y a sus siete hijas. El infierno terminó durante un viaje a Bruselas, cuando lograron zafarse de sus captoras y denunciar su esclavitud, según reveló el diario El Mundo.
Patricia Le Cocq, de la organización Myria, que lucha contra el tráfico de seres humanos, contó al diario español que Hamda y sus hijas “alquilaron durante años una planta completa de un famoso hotel de Bruselas. Siempre les acompañaba un séquito de más de 20 sirvientas”, quienes ahora denuncian haber trabajado en condiciones cercanas a la esclavitud.
La princesa Hamda de Abu Dhabi afronta un juicio en Bélgica. "Los cargos a los que se enfrentan son tráfico de seres humanos por haber reclutado personas para hacerlas trabajar en circunstancias contrarias a la dignidad humana. Debían prestar sus servicios día y noche sin contar con permisos de trabajo. Recibían presiones e insultos y se les privó de su pasaporte y de su libertad de movimiento. Sufrieron, además, un tratamiento inhumano y situaciones que vulneran la legislación laboral, como no estar aseguradas contra accidentes o no recibir salarios", detalla Le Cocq.
El abogado de la princesa dijo, por su parte, que los hechos han sido exagerados y que “hay historias que no se sostienen. Ellas están inventado".
“¿Cree que tendrían miedo de que ellas se fueran? No habría sido difícil para la familia contratar personal”, agregó el abogado.
El veredicto final está previsto para el próximo 23 de junio. De ser hallada culpable, la princesa podría ser multada o incluso ir prisión, aunque esta opción se considera poco probable.
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