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Los paralelismos entre los nazis y los aztecas planteados por José Antonio Sánchez, responsable de la televisión pública española (RTVE), no han agradado a los historiadores que se dedican al estudio de América. Pedro Pérez Herrero, catedrático de Historia de América, director del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá y experto en la historia de México, analiza las declaraciones de Sánchez.
¿Es riguroso plantear la conquista española de América como una labor “evangelizadora y civilizadora”, tal como propone el presidente de RTVE?
Es un evento que debe ser entendido en el contexto del siglo XVI y que tiene muchas más facetas. Para empezar, no es una conquista de España, sino una iniciativa privada en la que participa la Corona de Castilla, que se vio legitimada por la Iglesia católica al otorgarle mediante las bulas alejandrinas el derecho de conquista a cambio de que evangelizara los territorios. Decir que la conquista fue una evangelización es quedarse sólo con parte del proceso.
El señor Sánchez considera que los españoles no pudieron cometer masacres en América porque eran demasiado civilizados.
De nuevo, se mezcla todo. Sobre la conquista de América hay una leyenda negra y una rosa. Cortés, Pizarro y el resto de conquistadores no eran beatos, pero tampoco querían matar por matar. Hay que entender los intereses de los distintos colectivos implicados en la llegada a América. La Corona quería generar rentas para que Carlos V fuese el emperador de Europa, y los conquistadores como individuos aspiraban a convertirse en señores y servirse de sus nuevos vasallos. No estaban fascinados por matar, sino que deseaban satisfacer sus ambiciones a cualquier precio, acumulando tierras y, al mismo tiempo, la mayor cantidad posible de mano de obra que las trabajase.
¿Cómo se pueden justificar estas declaraciones desde el punto de vista histórico?
El señor Sánchez está reproduciendo una noción imperial de la historia. Esa lectura evangelizadora y salvadora de la conquista se planteó durante el franquismo. Franco era un dictador que tenía cerradas las puertas de Europa. Para legitimarse ante América, inventó esta narrativa. Tras la guerra civil española se crearon tres cátedras que dirigieron los estudios sobre América y sustentaron esta lectura beatífica de la conquista: la de Historia del Arte americano, Historia de la Iglesia en América, e Historia del Derecho indiano. Lo que hace el señor Sánchez es reproducir ese acercamiento tan sesgado.
El presidente de RTVE hizo suya una cita de la antropóloga Inga Clendinnen: “Lamentar la desaparición del imperio azteca es como sentir pesar por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial”.
Clendinnen planteaba una narración del mundo nahuatl mucho más compleja y sensible: esa cita está descontextualizada.
No se trata de negar que hubiese sacrificios: los había, como en muchas otras culturas, pero eso no las deslegitima. La realidad era mucho más amplia, y aislar ese elemento es una forma de deslegitimación.
El señor Sánchez es un cargo público. ¿Considera que esa visión de América está arraigada dentro del gobierno español? ¿Y en el mundo académico?
Esa percepción de América persiste desgraciadamente en muchos campos, y también en el gobierno del presidente Rajoy, como demuestran unas declaraciones tan desafortunadas de un cargo nombrado por él. En las propias universidades aún hay gente que desprecia a quienes se dedican a la historia de América por considerar que la historia de España es una materia superior.
¿Qué cree que debería hacer el señor Sánchez?
El señor Sánchez tendría que dimitir de un organismo que representa a los españoles. Con ese discurso no podemos tener una buena relación con los pueblos y culturas del continente americano. Está actuando como portavoz de una narrativa que no compartimos el resto de habitantes de la península Ibérica. Es una visión unilateral.
“Es una visión ya superada”
Pedro Pérez Herrero no es el único académico en expresar una opinión contundente al respecto de las declaraciones de José Antonio Sánchez. Otra de ellos es Pilar García Jordán, catedrática de Historia de América en la Universitat de Barcelona, que también respondió a la demanda de EL UNIVERSAL de evaluar el rigor histórico del discurso del presidente de RTVE:
“El presidente de RTVE asume una serie de postulados, actualmente superados por la historiografía. El discurso niega el carácter de conquista y colonización de los territorios americanos en los que la Corona implantó un sistema de dominación del que se beneficiaron tanto el Estado colonial, como los españoles peninsulares y sus descendientes criollos. En el discurso se utilizan una serie de conceptos –entre ellos civilización, evangelización- con unos significados que la mayoría de los investigadores –sean historiadores o antropólogos- cuestionan, y cuyo uso adscribe a quien los asume como exponente de una historia apologética que, reitero, hoy está superada”.