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El Congreso de Estados Unidos comenzó a tomar medidas para extender hasta el 5 de mayo el plazo límite para aprobar el presupuesto, y se espera que dé más tiempo para cerrar un acuerdo que financie al Gobierno federal hasta septiembre y evite una paralización de servicios públicos, conovida como government shutdown.
El presidente de la Comisión de Gastos de la Cámara de Representantes, Rodney Frelinghuysen, presentó un proyecto de ley el miércoles por la noche para financiar las operaciones del Gobierno en los niveles actuales por una semana más, lo que dará a republicanos y demócratas tiempo para negociar un plan de gastos para el resto del año fiscal que termina el 30 de septiembre.
La legislación probablemente se vote el viernes en la Cámara de Representantes y el Senado, y si es aprobada será enviada para que la firme el presidente Donald Trump y pueda convertirse en ley a la brevedad.
Sin la extensión del Congreso o un proyecto de ley de financiamiento a largo plazo, las agencias federales se quedarán sin dinero el viernes a la medianoche, lo que probablemente provoque el cese de actividades de cientos de miles de trabajadores del Gobierno federal hasta que se reanude el financiamiento.
La última paralización del Gobierno, en 2013, duró 17 días y muchos legisladores están nerviosos de que pueda ocurrir otra.
"Soy optimista de que pronto se completará un paquete final de financiamiento", comentó a través de un comunicado Frelinghuysen, un republicano de Nueva Jersey.
En medio de las delicadas negociaciones, Trump criticó a los demócratas a través de Twitter. "Mientras las familia se preparan para las vacaciones de verano en nuestros parques nacionales, los demócratas amenazan con cerrarlos y paralizar al Gobierno. ¡Terrible!", escribió, junto a otros varios "tuits".
Trump, un republicano, cedió a las exigencias de los demócratas de que el proyecto de ley de presupuesto no incluya dinero para comenzar a construir el muro que quiere levantar en la frontera con México.
Su Gobierno también accedió a seguir financiando un gran componente de la Ley de Salud Asequible, conocida comúnmente como Obamacare, pese a sus promesas de poner fin al programa.
Si bien los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, tiene sólo 52 escaños en el Senado y necesitarán el respaldo de algunos demócratas para lograr los 60 votos necesarios para aprobar el proyecto de ley.
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