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Polonia amenazó con agitar Europa al reabrir la investigación del accidente aéreo de Smolensk, en el que su presidente Lech Kaczynski murió en 2010. El gobierno ultraconservador del país piensa que Rusia saboteó el avión y que el entonces primer ministro polaco, Donald Tusk, permitió a Rusia ocultar pruebas. La reapertura del caso amenazó con quitarle a Donald Tusk el mandato del Consejo Europeo, sin embargo, este fue reelegido hoy al frente del organismo.
El accidente de Smolensk significó un trauma para el país. Un día de niebla el avión del presidente se estrelló en la localidad rusa de Smolensk. Murieron 96 personas. Pero si a alguien afectó especialmente la tragedia es a Jaroslaw Kaczynski, el hermano gemelo del presidente.
Jaroslaw había ejercido como primer ministro del país hasta que, en 2007, el mismo Tusk le arrebató el puesto en unas elecciones. Hasta entonces la dupla de hermanos había copado el poder con un programa ultraconservador y muy polémico. La muerte de Lech fue un golpe tan duro que, durante semanas, Jaroslaw se lo ocultó a su madre, a la que entregaba ejemplares falsificados del segundo diario más importante del país, el Rzeczpospolita, en los que se hablaba de Lech como si no hubiera muerto, tal como reveló un libro del periodista Michal Krzymowski.
El partido de los gemelos, el ultraconservador Ley y Justicia (PiS) quedó fuera de las instituciones de gobierno polacas durante cinco años. Hasta que en 2015 regresó al poder aprovechando el descontento popular por la mala distribución de riquezas. El PiS ganó tanto los sillones de presidente (Andrzej Duda) como de primer ministro (Beata Szydlo). Jaroslaw Kaczinsky no ocupa ninguno de ellos, pero dirige el partido y tanto Duda como Szydlo reconocen su autoridad.
El PiS tenía como una prioridad la investigación por Smolensk. Los ultraconservadores están convencidos de que los servicios secretos rusos hicieron explotar el avión en venganza por su mala relación con los Kaczynski. Cada año se organiza una vigilia en Varsovia recordando a los muertos y pidiendo justicia. A principios de mes se estrenó en el país con gran publicidad la película Smolenska, del director Antoni Krauze, que apoya la teoría del atentado.
El comité que investiga el accidente ha anunciado que exhumará los cadáveres de las víctimas de la tragedia para examinarlos. En su primera reunión en agosto de 2016, el grupo aseguró que el gobierno de Tusk “falsificó, manipuló y ocultó” la verdad por cobardía u oportunismo, explica The Guardian.
Los expertos que investigaron el accidente en 2010 han respondido que la nueva comisión no tiene ninguna capacitación técnica para analizar accidentes tan complejos, y que se trata de una simple caza de brujas contra el gobierno de Tusk. Pero lo fundamental es que, si las investigaciones van más lejos y Tusk es llamado a declarar, como reclaman personalidades del círculo de Kaczynski, se viviría un conflicto institucional con la Unión Europea, que tiene ya una tensa relación con el gobierno del PiS.
Desde que llegó al poder el año pasado, el partido ha sido llamado la atención varias veces por comportamientos que Bruselas considera poco democráticos. Ha presentado reformas en la policía, la fiscalía y los medios de comunicación públicos, y ha establecido la educación patriótica en las escuelas y planteado una reforma del Tribunal Constitucional. La oposición polaca a la acogida de refugiados también ha contribuido a la crisis política de la UE.
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