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Un estudio con 132 personas y sus mascotas revela que el estrés, la ansiedad o un carácter relajado y apacible del humano se reflejan en la fisiología y el comportamiento del animal.
Así al menos se desprende de un estudio de investigadores del Departamento de Biología de la Conducta de la U. de Viena, publicado este mes en la revista PLOS One, y que concluye que las personas y sus perros comparten la forma de enfrentar situaciones nuevas o estresantes y que los canes pueden adoptar conductas de sus dueños.
Beatriz Bruzzone lo percibe con Carlota, su perra pastor alemán de 7 años.
Aficionada al trekking , Beatriz la califica como "mi partner " de recorridos. Ambas suelen subir al cerro Manquehuito durante la semana. Beatriz lo hace como entrenamiento más que como paseo. Y Carlota sintoniza con ella. "No pesca a ningún perro en el camino. Va focalizada, igual que yo, y aunque va y viene libremente mientras subimos, está pendiente de dónde estoy. Si paro, ella para, o si alguien se acerca mucho, ella se interpone entre la persona y yo, pero en calma".
Duplas en sintonía. Los investigadores austríacos estudiaron a 132 duplas de dueños con su perro. Para evaluar la personalidad de ambos y las actitudes sociales del humano hacia otras personas y hacia la mascota, los dueños debieron contestar tres tests de personalidad humana y canina, y otros dos sobre su relación con animales de compañía y su estilo de interacción cotidiana con su perro.
Luego los enfrentaron y los pusieron en distintos escenarios, como jugar, vivir una situación amenazante, realizar una tarea complicada o separarse y reunirse después de un rato.
En todas estas ocasiones midieron su ritmo cardíaco y niveles de cortisol, una hormona cuya concentración varía en función del nivel de estrés de un individuo.
Así detectaron que los perros de personas con inestabilidad emocional o neuroticismo, caracterizadas por baja tolerancia al estrés, ansiedad y poca sociabilidad, mostraban niveles de cortisol que reflejaban un alto estrés.
En cambio, los niveles de cortisol de los canes de personas afables, sociables y comprensivas reflejaban bajos niveles de estrés en su actuar, indicando una mejor forma de autorregulación, al igual que sus dueños. Gustavo Estrada, psicólogo clínico y adiestrador canino de Adiestramiento.cl, lo ve cotidianamente.
"Por lo general, personas ansiosas, muy aprehensivas o que salen a la calle con temor, tienen perros que se sobresaltan fácilmente o son temerosos. Y dueños más agresivos o enérgicos gatillan en sus perros respuestas marcadas de dominancia". En tanto, añade, "dueños que son tranquilos o relajados, que pasean a sus perros con correas holgadas pero con una conducción segura, le transmiten al perro ir sin tensión y tener respuestas mucho más calmadas".
El psicólogo Andrés Vera, adiestrador y experto en conducta canina de Psicocan Chile, agrega que "en todos los casos que he atendido los dueños terminan concluyendo que ellos tienen la culpa del problema de conducta o trastornos de su perro. A veces porque no conocen la raza o por una forma inadecuada de comportarse con el perro". Por eso, agrega, es más fácil trabajar con el dueño y su perro que con el perro solo.
"Al generar un cambio de disposición o actitud en el humano, se modifica casi de inmediato la conducta del perro, porque estos tienen una enorme plasticidad y nivel de adaptación", concluye. Percepciones. Estudios anteriores han mostrado que entre perros y humanos se produce apoyo social y emocional, que los perros reconocen e integran información sobre el estado anímico de sus dueños y que ajustan su conducta en función de dichas emociones.