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La primera ministra británica, Theresa May, se dispone a activar el "brexit" con un difícil frente interno: la petición de otro referéndum sobre la independencia escocesa, que puede amenazar la integridad del Reino Unido, según los expertos.
En un sorpresivo anuncio, cuando May parecía dispuesta a invocar hoy el "brexit", la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, le cerró el paso al anunciar ayer que promovería la legislación para convocar otro plebiscito antes de la primavera de 2019.
Molesta por la negativa de Londres a defender los intereses de Escocia ante el "brexit", Sturgeon comunicó su intención de celebrar la consulta en forma paralela a las negociaciones de May sobre el "divorcio" británico de la Unión Europea (UE).
Horas después del anuncio de Sturgeon, el Gobierno de May aclaraba que activaría el "brexit" a finales de marzo.
El experto político Simon Usherwood, de la Universidad inglesa de Surrey, dijo hoy a Efe que Sturgeon adelantó su plan porque era "la mejor oportunidad que tenía de poner a May en una posición difícil", algo que -dijo- "complica el proceso del artículo 50", que establece el comienzo de las negociaciones formales con el bloque europeo.
Para este analista, la primera ministra afronta tres problemas internos en los próximos dos años de conversaciones con los 27.
El primero, según Usherwood, es que "Escocia puede no estar en el Reino Unido para cuando terminen las negociaciones" con Bruselas; el segundo será la "complejidad" de gobernar en el país, sobre todo con las autonomías, y el tercero porque la consulta escocesa tendría un impacto "en Irlanda del Norte y Gales, que pedirán más autonomía".
Tras el anuncio de Sturgeon, el partido nacionalista Sinn Féin abogó por la celebración "cuanto antes" de un referéndum sobre la reunificación de la isla de Irlanda para hacer frente al impacto de la futura salida del Reino Unido de la UE.
La líder de la formación en Irlanda del Norte, Michelle O'Neill, acusó al Gobierno de May de "negarse a escuchar" a la mayoría de los norirlandeses que apoyaron la permanencia en la UE.
Según dijo a Efe el profesor de Políticas Michael Keating, de la Universidad de Aberdeen, el plebiscito tendrá "consecuencias" porque el Reino Unido "podría perder" el territorio "más europeísta", quedando la política centrada en Inglaterra, con su visión "más euroescéptica".
El Gobierno conservador de May considera que un segundo plebiscito sobre la independencia, después del primero celebrado en 2014, causará una "gran incertidumbre económica" en momentos en que el país negocia su salida, además de provocar divisiones políticas.
Aunque a simple vista May no parece dispuesta a ceder a las aspiraciones de los nacionalistas escoceses de Sturgeon, a largo plazo puede verse forzada a aceptar la petición por razones democráticas, de acuerdo con los expertos.
"Es muy difícil no permitirlo porque May ha hablado tanto de la 'voluntad del pueblo' tras el referéndum europeo (del pasado 23 de junio)", señaló Simon Usherwood a Efe.
En este mismo sentido opinó Keating, quien considera que puede ser "políticamente imposible resistir un referéndum de independencia" después de haber concedido uno.
La cuestión que se presenta ahora, agregó Keating, es el momento en que podría convocarse, dado que el Gobierno espera reiterar la necesidad de que se celebre una vez que el Reino Unido salga del bloque europeo, posiblemente en la primavera de 2019.
Para la secretaria de Asuntos Exteriores del Gobierno autónomo escocés, Fiona Hyslop, la región -que está a favor de permanecer en el mercado único europeo- no puede quedar "a la deriva" durante los dos años de negociaciones con Bruselas.
"Hemos tratado de trabajar con el Gobierno del Reino Unido, pero no hemos tenido a cambio nada sustancioso. No podemos quedar a la deriva durante los próximos dos años, tenemos que aportar un fuerte liderazgo político y eso es exactamente lo que ha hecho la ministra principal, Nicola Sturgeon", añadió Hyslop.
El enfrentamiento entre Londres y Edimburgo ha saltado incluso hoy a las páginas de las viñetas, que retratan a May y a Sturgeon como en los mejores duelos del siglo XVIII, al aparecer armadas, de espaldas y bajo el titular: "Pistolas al amanecer".
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