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El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, no está dispuesto a ser cómplice de los agravios del presidente Trump. Por el contrario, el líder del máximo organismo comunitario considera al nuevo inquilino de la Casa Blanca una amenaza para Europa, similar a la que suponen Rusia, China y el fundamentalismo islámico.
Así lo expone en una misiva enviada a los Jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE), y que pretende ser el punto de partida para fijar una posición en bloque durante la cumbre informal que tendrá lugar este viernes en Malta, país que ostenta la presidencia semestral. En la carta, el ex primer ministro de Polonia habla sobre los grandes retos que enfrenta el club a seis décadas de haber iniciado el proceso de construcción europea.
Menciona como primera amenaza “la nueva situación geopolítica en el mundo y alrededor de Europa”. Señala en particular a una China “cada vez más asertiva” y una Rusia “agresiva” hacia Ucrania y sus países vecinos. También habla de las guerras, el terrorismo, la anarquía y el papel central que desempeña el islamismo radical en Medio Oriente y África. Todo esto, aunado a “las preocupantes declaraciones de la administración estadounidense, hace nuestro futuro altamente impredecible”, subraya. “El cambio en Washington pone a la Unión Europea en una situación difícil; la nueva administración parece poner en tela de juicio los últimos 70 años de la política exterior de EU”.
Como segunda amenaza, Tusk apunta hacia el aumento del nacionalismo y la xenofobia. Finalmente señala la pérdida de fe por parte de la élite europea respecto a la integración.
La carta resulta de conversaciones entre Tusk y otros líderes y supone el más duro mensaje emitido hasta ahora en Europa desde el inicio de la nueva administración estadounidense. Para Tusk, los nacionalismos que proclaman abandonar la UE son engañosos, porque los países europeos solos no podrán defender su soberanía y al final terminarán siendo dependientes de las superpotencias de China, Estados Unidos y Rusia.
Tusk llama a transformar el proteccionismo comercial de Trump en una oportunidad para Europa. “Debemos utilizar el cambio en la estrategia comercial de EU en beneficio para la UE, mediante la intensificación del diálogo con los socios interesados, mientras defendemos al mismo tiempo nuestros intereses”.
En tanto, el Parlamento británico debatirá el 20 de febrero si debe llevarse a cabo la visita de Estado a Reino Unido de Trump, después de que más de un millón de personas se hayan opuesto por internet y poco más de 100 mil se mostraron a favor.