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La reina Isabel II de Inglaterra reapareció hoy por fin en público, después de 19 días sin ser vista y de superar sus problemas de salud, que la obligaron a ausentarse de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, por primera vez en 28 años.
Vestida de azul eléctrico, la monarca, de 90 años, asistió a la misa dominical de mediodía de la iglesia de Santa María Magdalena, próxima a su finca rural de descanso de Sandringham, en el noreste de Inglaterra, donde pasará todo este mes, tras ausentarse por un fuerte resfriado.
Acompañada de su esposo, el príncipe Felipe, de 95 años, quien también se vio afectado por el resfriado, así como por los duques de Cambridge, el príncipe William y su esposa Kate Middleton, Isabel fue recibida por una pequeña multitud de feligreses con vítores y aplausos.
El resto de la familia de Middleton, Pippa hermana de Kate, su madre Carole, su padre Michael y hermano James, también participaron en el servicio religioso, mientras que los grandes ausentes fueron los pequeños hijos de los duques de Cambridge, George y Charlotte.
La reina realizó su primer acto público de este 2017 luego de 19 días de ausencia por la enfermedad respiratoria persistente que sufrió y que le impidió por primera vez en 28 años estar presente en las misas del día de Navidad y Año Nuevo.
Pese a que el Palacio de Buckingham aseguró que la reina mantuvo su actividad a puerta cerrada por recomendación de sus médicos, quienes le pidieron no salir al exterior, las especulaciones sobre su grave estado de salud hicieron eco tanto en la prensa nacional como internacional.
En vísperas de Navidad y debido a su fuerte resfrío, Isabel II y su esposo se vieron obligados a retrasar por un día su viaje hacia su finca de Sandringham, donde tradicionalmente la familia real celebra las fiestas de fin de año, lo que aumentó los rumores de que estaba grave.
lsm