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Portezuelo, Chile.— Los incendios que han consumido más de medio millón de hectáreas en Chile parecían ceder ayer en medio de la llegada masiva de asistencia internacional, mientras en las poblaciones arrasadas se concentraban los esfuerzos para ponerse de nuevo en pie.
Ayer, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, afirmó que una leve mejoría de las condiciones climáticas ha permitido ha permitido avanzar en la extinción de las llamas, pese a que aún hay un centenar de focos activos.
“Vamos mejorando paulatinamente”, confirmó Aaron Cavieres, director de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Precisó que de 118 focos de incendio reportados, 59 continuaban activos .
Cavieres señaló que la disminución de la superficie de hectáreas afectadas estaría mostrando que las acciones contra la lucha del fuego están dando finalmente resultado.
Parte de esta mejora se debería también a la llegada de ayuda internacional: alrededor de 500 brigadistas de México, Perú, Colombia, España, Portugal, Panamá, Brasil, Venezuela, Argentina, Japón y Francia en los últimos días y un total de 11 mil efectivos luchaban ayer contra el fuego.
A las acciones de la aeronave antiincendios, el Supertanker, se sumarán dos aviones Hércules facilitados por Brasil que aterrizaron el domingo y el avión Ilyushin II-76 ruso, cuya llegada estaba prevista para la madrugada.
Y mientras el fuego se aplaca, comienza la tarea de sacar las cenizas y comenzar de nuevo.
Pocos países como Chile están acostumbrados a lidiar a su manera con los desastres naturales y ponerse de pie. Terremotos, tsunamis, inundaciones, erupciones e incendios han golpeado recientemente al país.
Gran ejemplo de esto son los habitantes de Santa Olga, la población que resultó totalmente arrasada por el fuego el jueves de madrugada, dejando a todo el país sobrecogido al ponerle muchas caras humanas a la tragedia que azota al país.
Horas después de asimilar lo ocurrido, los habitantes de Santa Olga se disponían a levantarse y guardar las lágrimas para cuando la reconstrucción del poblado ya esté terminada.
La solidaridad de un país habituado a las tragedias se activó a la velocidad de la luz, y las labores de acopio se iniciaron en todo Chile para enviar la ayuda que ha estado llegando a Santa Olga desde todos los lugares de este extenso país, hasta el punto que las autoridades tuvieron que pedir el sábado que la asistencia se canalizara y los particulares dejarán de congestionar el área, en la que todavía hay focos de incendios y por la que es necesario transitar de forma más expedita.
Sin embargo la lucha contra el fuego no termina. Ayer se reactivaron focos de incendio en la zona de Portazuelos, localizada a más de 400 kilómetros al sur del Santiago, en la región del Bío-Bío.
“El incendio se encuentra complicado ahora mismo en la zona de cerro y en un lugar de difícil acceso para los brigadistas de a pie. Es por eso que están colaborando dos helicópteros y una avioneta, además de los bomberos y varios particulares, en total unas 50 personas”, explicó a la AP Matías Albornoz, teniente primero de la primera compañía de Bomberos de Chillán.
Albornoz lleva cuatro días con sus cuatro noches luchando contra el fuego, que se aplaca para volverse a reactivar debido a que las raíces siguen ardiendo bajo tierra.