La oposición política de Nicaragua conmemoró hoy el 39 aniversario del asesinato del periodista nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro Cardenal a manos de la dictadura dinástica somocista y reafirmó que este país sigue atrapado en otra dictadura dinástica: la de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, que este martes asumirán un tercer periodo consecutivo de cinco años.

En un hecho que atizó la insurrección armada en contra del régimen somocista, que gobernó Nicaragua durante más de 45 años hasta su caída en 1979 y transfirió el poder absoluto de padre a hijos, Chamorro, director del periódico La Prensa, de esta capital, fue asesinado el 10 de enero de 1978 en una calle de Managua por pistoleros al servicio del somocismo.

A partir de entonces, Chamorro, nacido en 1924, ha sido reconocido como mártir de las libertades públicas de Nicaragua y su figura es símbolo de repudio a toda clase de dictadura, de izquierda o de derecha.

El acto de la oposición efectuado hoy en la mañana en el Cementerio General, de esta ciudad y donde reposan los restos del afamado periodista y luchador en contra de la dictadura dinástica de los Somoza, se produjo a pocas horas de que este mismo martes en la tarde Ortega asuma la presidencia y Murillo la vicepresidencia, en una ceremonia en una plaza capitalina y con presencia de invitados nacionales e internacionales.

“Hoy, en una burda cruel a la memoria de Pedro Joaquín Chamorro y a su lucha frontal contra la dictadura dinástica somocista, Daniel Ortega formalmente quiere instaurar su propia dinastía, en el colmo del cinismo y del irrespeto al pueblo de Nicaragua”, aseguró la dirigente opositora nicaragüense Violeta Granera, del Frente Amplio por la Democracia, que convocó al acto en recuerdo de Chamorro.

La oposición recalcó que Ortega, quien gobierna desde enero de 2007, y Murillo seguirán en el poder pero en un país que carece de libertad, democracia y verdadero pluralismo y sin alternancia en el poder, ya que el presidente se reelige de manera indefinida y consecutiva.

Tras permanecer por 10 años como la figura ejecutiva y de exposición pública en la conducción y coordinación de los asuntos gubernamentales, Murillo será más que una poderosa e influyente Primera Dana, asumirá la vicepresidencia y quedará en la línea inmediata y directa de sucesión presidencial.

Si él muere, ella tomará control de las riendas del país.

Legitimidad. La pareja presidencial gobernará al menos hasta el 10 de enero de 2022 pero surgidos de lo que la oposición cataloga como farsa electoral, realizada el 6 de noviembre de 2016, porque hubo una masiva abstención superior al 70% y los principales partidos opositores quedaron fueron de competencia por una maniobra judicial y electoral de Ortega.

En lo que la oposición expone como dictadura dinástica, Ortega y Murillo tienen control de los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Municipal y Electoral y están consolidados por el mando sobre el ejército y la policía y por el control que, por medio de sus parientes, ejercen en los medios de comunicación, públicos o privados.

El gobernante y ex guerrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que derrocó a los Somoza por la vía armada y hoy es el partido en el que se sostiene el poder de los Ortega Murillo, ha rechazado reiteradamente las acusaciones opositoras y aducido que el pueblo nicaragüense apoya masivamente a la pareja.

Los medios oficialistas de prensa insisten en que Ortega y Murillo ganaron al obtener el 72% de los votos.

Al arribar a esta capital para acudir a la toma de posesión, el presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que “venimos a acompañar al hermano presidente en una nueva gestión que inicia hoy, pero sobre todo expresar nuestra profunda admiración a la vocación democrática del pueblo de Nicaragua”.

"Las luchas de décadas pasadas no han sido en vano”, aseveró, al destacar que “ahora gobierno y presidente que luchan junto a su pueblo contra la dominación externa pues se fortalecen".

Entre dictaduras. “El mensaje que enviamos es que Pedro Joaquín Chamorro fue asesinado por una dictadura hace 39 años y hoy estamos con otra dictadura”, dijo el político, abogado, economista y opositor nicaragüense Edmundo Jarquín, embajador de Nicaragua en México de 1984 a 1988 y yerno del asesinado periodista.

Jarquín es casado con Claudia Chamorro Barrios, hija del matrimonio del periodista con Violeta Barrios, quien fue presidenta de Nicaragua de 1990 a 1997. Los otros hijos son Pedro Joaquín (ex diputado), Cristiana y Carlos Fernando (periodista y disidente del FSLN).

“Se tiende a juzgar que en Nicaragua no tenemos una dictadura, porque no es resultado de un golpe de Estado militar al estilo clásico latinoamericano y porque el fundamento del poder de Ortega tampoco es el ejército, al estilo de los viejos generales o coroneles. Pero estamos ante una dictadura del siglo XXI, porque ha privado de las libertades políticas a los nicaragüenses, como el derecho a elegir”, explicó, en una entrevista con EL UNIVERSAL.

“Es una dictadura porque ha limitado y ha copado la libertad de expresión, pero sin censurar ni sacar una ley sino sencillamente haciéndose dueño de todas las empresas de los medios de comunicación en Nicaragua. Solamente una radio de alcance nacional, que es Radio Corporación, un diario de alcance nacional, que es La Prensa, y no existe ningún canal de alcance nacional que sea independiente y mucho menos que sea opositor”, narró.

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