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“Todos tenemos un conocidos en Estados Unidos que va a votar, aunque nos expulsaron”, dice melancólica Yolanda Varona, una mexicana quien tras vivir más de dos décadas en ese país fue deportada a Tijuana, Baja California.
Es de noche en la frontera, pero la mujer y otro grupo de deportados siguen al teléfono. Miran una pantalla de computadora y marcan sin parar, número tras número a distintas casas en Estados Unidos.
Saben que el tiempo se agota: hoy se llevan a cabo las elecciones en Estados Unidos y la candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, se enfrentará al republicano Donald Trump, y ellos consideran que eso sería un peligro para todos los hispanos.
Desde hace más de una semana y justo en la recta final a las votaciones presidenciales en Estados Unidos, distintos grupos de activistas pro migrantes en México comenzaron a llamar por teléfono a miles de hogares, con el objetivo de concientizar sobre los peligros de que Donald Trump se convierta en presidente.
Las “Dreamers Moms”, madres deportadas de ese país y los “Veteranos Deportados”, soldados que sirvieron en distintos conflictos bélicos y también fueron expulsados, han hecho un llamado desde México a todos los ciudadanos estadounidenses.
Desde el búnker, un albergue para veteranos deportados localizado en la ciudad de Tijuana, Baja California, las organizaciones se encuentran haciendo campaña política para que todos aquellos que viven en Estados Unidos estén conscientes del sufrimiento que la política antiinmigrantes ha provocado.
Tal es el caso de Roberto Vivar y Yolanda Varona, quienes conforman la asociación de Madres Deportadas y desde hace años se encuentran separados de sus hijos, quienes nacieron en Estados Unidos.
El muro, ese que ya existe y no es solamente una propuesta de Donald Trump, los separó de sus hijos: apenas tocan sus manos por la barda que divide ambos países en Tijuana, y en donde se encuentran algunos domingos. Siempre divididos por metal oxidado, que les impide, incluso, tocar la punta de los dedos.
“Estamos haciendo llamadas, y el motivo es buscar el apoyo para Hillary [Clinton] ya que ella es la única que ha prometido que dentro de sus primeros 100 días efectuara una reforma migratoria”, dice Roberto Vivar.
Durante las llamadas telefónicas los migrantes deportados invitaron a la población a que conozcan su historia y los exhortó a hacer consciencia sobre los peligros. “Que nos apoyen y no nos destruyan”, pide el migrante.