El Doctor Tom Hogen-Esch, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Estado de California Northridge, entrevistado por EL UNVIERSAL, habla sobre los cambios demográficos en EU y el racismo profundo. “Las elecciones en 2016 tienen lugar en el marco de una complicada realidad de las relaciones de raza. La historia de Estados Unidos durante gran parte de los siglos XIX y XX fue la de un apartheid racial.” 27 Estados estuvieron en contra de la integración nacional, durante la Guerra Civil de 1861 a 1865 que terminó con la liberación de los esclavos negros en su casi totalidad y con la unificación del país dividido entre el Norte industrial y el Sur agrícola.

“Sin embargo, hasta fines de los años sesenta del siglo pasado prevaleció la segregación racial, derrotada por una larga lucha por los derechos civiles”, pacífica por parte de los afroamericanos pero con brutal violencia policíaca. La televisión llevó las imágenes a los hogares estadounidenses y al mundo entero. Finalmente los afroamericanos fueron reconocidos como ciudadanos con derechos plenos y se prohibió la segregación. Sin embargo el sistema de discriminación racial no ha desaparecido. “Hoy vuelve un gran malestar de los afroamericanos en relación con la brutalidad policiaca y las muertes de jóvenes baleados.” En el caso de los mexicanos y los centroamericanos la violencia de elementos de la Patrulla Fronteriza es responsable de muchas muertes.

El racismo profundo se mantiene en parte de la población blanca, Trump retoma los miedos, frustraciones, anhelos de volver al pasado y a la preeminencia del hombre blanco, en un país con un cambio demográfico acelerado en el que los blancos en unos años dejarán de ser mayoría. “Tal vez lo más frustrante es que nos equivocamos quienes pensamos, hace ocho años, que Estados Unidos estaba llegando al fin del racismo. Hemos visto que es amplio a juzgar por los seguidores de Trump, gane o pierda la elección. Antes de Trump parecía que se avanzaba lentamente. Ahora hay un regresión insoslayable.” Hogen-Esch se interroga sobre “si el racismo después de la elección se desarrollará a nivel local y se trata de regresiones sólo transitorias que acabarán en unos años.” Como sucedió en California hace veinte años y hoy han quedado atrás. La realidad es que las minorías ya sean afroamericanos, latinos, asiáticos, musulmanes, tienen menos oportunidades en la educación, la salud, el empleo y son más pobres.

Cuando Barack Obama fue electo el primer presidente negro en 2008 parecía que Estados Unidos iniciaba una era post-racial, que dejaba atrás la discriminación y las desigualdades raciales. Lo creyeron o lo soñaron habitantes de las grandes ciudades y jóvenes que apoyaron a Obama con entusiasmo y que estudian en las universidades con los negros, latinos, asiáticos, sus compañeros, se sintieron liberados de los prejuicios raciales de sus padres y abuelos. Por otro lado una parte de la población blanca se sintió humillada, despojada de su preeminencia racial. Se detonó una reacción política de oposición creciente de los republicanos en el Congreso que creció hasta el bloqueo de cualquier iniciativa presidencial o demócrata. Donald Trump fue parte de una campaña, por más de cinco años, contra Obama Presidente del que decía que había nacido en Kenya, no en Estados Unidos. La mentira más grande, que pretendió restarle legitimidad. Finalmente, Trump reconoció, hace unas semanas, que Obama “si nació en Estados Unidos, y punto.” Cerró su discusión sobre su gran mentira, sin costo político alguno. El candidato presidencial republicano se convirtió en la voz de los blancos descontentos, de quienes se sentían despojados de su preeminencia racial.

El Profesor Tom Hogen-Esch continúa la conversación, “no es la primera vez que los políticos en Estados Unidos usan el discurso racista para ganar la elección… Puedo recordar al gobernador George Wallace de Alabama en los sesenta con una campaña contra los derechos cívicos de los afroamericanos; o a Pat Buckanan en los noventa que usó la inmigración en forma muy parecida a Trump. Pero nadie ha ido tan lejos como Trump y menos a nivel presidencial.”

“La gran historia de la movilidad hacia arriba, para estadounidenses e inmigrantes, se desvanece. Hay un sector importante de la población, especialmente blancos de clase media con problemas económicos, que ven como esa movilidad estancada o revertida”, afirma Hogen-Esch. Los salarios no aumentan desde los años setenta, “Estados Unidos es uno de los países con mayor desigualdad en el ingreso. El miedo es un manipulador muy importante y Trump manipula los miedos. Su electorado está mayormente integrado por blancos mayores de 40, que viven grandes incertidumbres, con poco contacto con inmigrantes, y bajos niveles educativos. Se sienten desplazados.”

El Profesor Tom Hogen-Esch continúa la conversación, “no es la primera vez que los políticos en Estados Unidos usan el discurso racista para ganar la elección… Puedo recordar el gobernador George Wallace de Alabama en los sesenta con una campaña contra los derechos cívicos de los afroamericanos; o a Pat Buckanan en los noventa que usó la migración de forma muy parecida a Trump. Pero nadie ha ido tan lejos, menos a nivel presidencial.”

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Se dirige a los blancos, a ese sector que se siente desplazado por las minorías, que tiene problemas con sus ingresos. Pero sobre todo que se sienten olvidados y que pierden su lugar en la sociedad, que no alcanzan los rápidos cambios tecnológicos, sociales, culturales. Se sienten olvidados y que pierden su lugar en la sociedad. Los Profesores Lawrence Becker y Tom Hogen-Esch coinciden en estas percepciones aprovechadas por Trump para hacer un discurso racista contra los mexicanos.

“El cambio demográfico crea problemas lo mismo en Estados Unidos que en Europa. Pero antes de Trump parecía que se estaba avanzando por la vía de la aceptación, aunque lenta cada vez mayor. Ahora lo que vemos nacionalmente en Estados Unidos es algo que en California ocurrió hace más de 20 años con la propuesta 187 y la 227 sobre poner fin a la educación bilingüe”, concluye Hogen-Esch y que quedó definitivamente atrás.

En relación con el racismo de Trump Hogen-Esch considera que no sólo Trump la ha tomado contra los latinos y muy en particular contra los mexicanos, es un “rapidly offender” contra las mujeres, los musulmanes, los chinos, contra Obama, contra los afro americanos. En particular va contra los mexicanos y la frontera con México, donde dice construirá una muralla, que México pagará.

Como parte de esa política ha planteado cambiar el 19th Amendment a la Constitución que reconoce el derecho de las mujeres a votar. Y el 14th Amendment que establece que los nacidos en Estados Unidos son ciudadanos americanos. Los dos cambios están en el corazón de su visión sexista y racista, en contra de las mujeres como seres inferiores y sin derechos, y de los mexicanos nacidos en EU hijos de inmigrantes, de los afroamericanos. Dos retrocesos contrarios a la tendencia de los cambios demográficos y sociales. .

Para los mexicanos aquí y allá, un tema importante en la elección presidencial de 2016 es que a diferencia de décadas anteriores, el voto latino es importante y pesa.

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