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El Acuerdo de París sobre cambio climático entró en vigor el primer minuto de este viernes, con un llamado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para reducir las emisiones de gases efecto invernadero y construir sociedades menos contaminantes.
La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y excanciller mexicana, Patricia Espinosa, consideró que se trata de un punto de inflexión en la historia de los esfuerzos colectivos de la humanidad.
En un texto conjunto con el canciller marroquí y presidente de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 22) Salaheddine Mezouar, coincidió en que esta fecha será recordada como el día en el que el mundo “comenzó con determinación a caminar hacia un futuro sostenible”.
“El tiempo apremia frente al aumento continuado de las emisiones causantes del cambio climático y de sus impactos. La conferencia de Marrakech debe tener este dato muy presente, como su principal fuente de preocupación y aliciente de la voluntad común de actuar”.
El informe de la Organización Meteorológica Mundial confirma que en 2016 se alcanzó el récord de concentración de dióxido de carbono tras superar 400 partes por millón.
“Con ello, el mundo está lejos del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de 2.0 grados centígrados y lo más cerca posible de 1.5 grados”, advirtieron Espinosa y Mezouar en el texto.
Pidieron asegurar el acuerdo con políticas, tecnología y financiamiento para lograr estos objetivos, y hacerlo rápido en medio de un “movimiento sin precedentes para construir una industria mundial de energías renovables, descontaminar sistemas de producción energética, construcción y agricultura”.
Asimismo, para “rediseñar las economías y las sociedades para hacerlas más resilientes a los impactos que el cambio climático ya está causando”.
Recordaron que los gobiernos deben tomar medidas para implementar el acuerdo y antes de 2018 terminar el reglamento sobre medición, contabilidad y análisis de las acciones mundiales a favor del clima, que es necesario para la transparencia en la acción global.
Con el Acuerdo de París se debe “reforzar el apoyo tecnológico y financiero a los países en desarrollo para que estos puedan construirse sus propios futuros sostenibles a partir de una energía limpia”.
Además, la sociedad, los ciudadanos, las ciudades, las empresas y los inversionistas también tienen el compromiso de “reducir las emisiones de carbono y apoyar a los gobiernos en su lucha contra los peligrosos efectos del cambio climático”.
Espinosa y Mezouar expresaron su interés en que la COP 22 el presente mes en Marrakech, sirva para acelerar el reglamento, se avance en el financiamiento de 100 mil millones de dólares anuales para el año 2020 necesarios para esta lucha en países en vías de desarrollo.
“La ONU estima que para lograr un desarrollo sostenible se necesitan entre cinco y siete billones de dólares anuales, y que buena parte de ese dinero debe servir para financiar la transición a una economía mundial baja en carbono y resiliente”, destacaron.
Por ello pidieron ir “más allá de los métodos tradicionales de financiamiento” entre el sector público y privado, de los que se esperan inversiones cuantiosas en los próximos años en esta materia.
“Los pilares del Acuerdo de París son sólidos y ya empezamos a ver nuevas partes del que será el nuevo hogar de la humanidad. Sin embargo, no podemos y no debemos descansar hasta llegar al techo”, sostuvieron Espinosa y Mezouar.
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