La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, denunció hoy una persecución judicial en su contra y un hostigamiento mediático después de comparecer por primera vez ante la justicia en una causa por corrupción.
Al salir de tribunales, la exmandataria aseguró que enfrenta “una maniobra formidable de persecución política, de hostigamiento mediático” que no es original, porque ya la padeció el expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva en Brasil.
Aseguró que esta estrategia de desacreditación “tiene como designatarios a quienes representamos, por lo menos simbólicamente, los procesos de inclusión social y transformación económica más importante que han tenido lugar” en América Latina.
Fernández de Kirchner insistió en que las causas judiciales responden “a una maniobra regional y acá en Argentina, del actual gobierno que trata de ocultar el desastre económico y social” que ha provocado el presidente Mauricio Macri.
La expresidenta tuvo que presentarse este lunes ante el juez Julián Ercolini, quien investiga el otorgamiento de obras públicas al empresario Lázaro Báez, amigo personal de la familia Kirchner y quien ya está en prisión.
Para sustentar la acusación, los fiscales Gerardo Pollicita y Juan Mahiques denunciaron que entre 2003 y 2015, es decir durante los gobiernos del fallecido expresidente Néstor Kirchner y su esposa y sucesora, Baéz obtuvo la licitación de 49 millonarias obras públicas pero solo terminó dos.
El caso es emblemático porque si el juez considera que las pruebas son suficientes y procesa a la exmandataria, impulsará a su vez otros procesos en los que se investigan los presuntos delitos cometidos junto con Báez.
Fernández de Kirchner calificó como “un disparate” que la quieran acusar a ella y a su fallecido esposo de haber encabezado una “asociación ilícita” para desviar los recursos de las obras públicas.
“Lo que digo es, medio en broma medio en serio, que si a nosotros nos quieren acusar de ser una asociación ilícita de un gobierno, este (el de Macri) sería una asociación ilícita terrorista: la gente tiene terror cuando llega la factura de luz, de gas, cuando van al supermercado”, dijo.