El ministro belga de Seguridad e Interior, Jan Jambon, declaró hoy que Bélgica se ha convertido en un país "más seguro", cuando se cumplen seis meses de los atentados yihadistas que causaron 32 muertos y más de 350 heridos en el aeropuerto y el metro de Bruselas el pasado 22 de marzo.
"Pienso que los atentados han reforzado la cohesión de nuestra sociedad", indicó Jambon en una entrevista con el diario flamenco "Het Nieuwsblad", en la que también admite que sigue habiendo peligro aunque él se considera optimista por las reacciones que siguieron a los ataques.
Para el ministro belga, las condiciones de seguridad en el país "han evolucionado fuertemente" mientras los partidos políticos continúan haciendo propuestas sobre cómo mejorarlas.
"Gracias a métodos especiales de información e investigación, tenemos más posibilidades de interceptar los mensajes de las redes terroristas", comentó.
Dejó claro que "no se puede excluir un nuevo atentado", pero recalcó que la situación se ha vuelto "más segura".
"Es nuestra responsabilidad, la gente debe seguir viviendo sin temor", apuntó.
Jambon indicó que los belgas han continuado con su vida y, por ejemplo, no han dejado de asistir a grandes festivales a pesar de los controles reforzados de seguridad.
"Las acciones terroristas no han destruido nuestro modelo", concluyó.
Seis meses después de los ataques en los que terroristas suicidas hicieron estallar cargas explosivas en el aeropuerto internacional de Bruselas-Zaventem y en una estación de metro en el barrio donde se encuentran las instituciones de la Unión Europea, sólo uno de los heridos permanece hospitalizado, informó la cadena pública francófona RTBF.
Tras los atentados la Policía realizó numerosos registros y arrestó a ocho personas que aún permanecen en detención preventiva, entre ellos dos que reconocen haber participado en los ataques.
Se trata de Mohamed Abrini, conocido como el "hombre del sombrero" y que fue visto en el aeropuerto en compañía de los dos terroristas que se inmolaron allí, y Osama Krayem, visto con el kamikaze del metro unos minutos antes de la explosión en la parada de Maalbeek.
Ambos declararon haber renunciado en el último momento a participar en los atentados y los dos son sospechosos también en la investigación belga de los ataques del 13 de noviembre en París.
Los demás arrestados son sospechosos de haber asistido a Abrini y Krayem en su huida de la Justicia o en la búsqueda de pisos francos.
Por otra parte, las autoridades belgas aún buscan activamente a otro presunto responsable de los atentados de Bruselas: Oussama Atar, primo de los terroristas que se suicidaron en el aeropuerto, que realizó varios viajes a Siria y que podría encontrarse en Bélgica, recordó la RTBF.
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