Michel Temer, presidente interino de Brasil, y sus colaboradores, son optimistas ante la posible destitución definitiva de Dilma Rousseff, mandataria suspendida desde mayo; informes prevén que 61 senadores votarán para que a la líder política se le separe definitivamente de su cargo —y son necesarios sólo 54 sufragios—.
Fuentes señalan que en los últimos días, el equipo de Temer intensificó las negociaciones con los senadores que, entre otras cosas, incluirían el intercambio de cargos políticos por votos en contra de Rousseff.
"No hay mucho que hacer. Los cargos que el gobierno podía negociar y las conversaciones que podría sostener se dieron por meses. Ahora sólo hay que monitorear, afirmó un asesor de Temer al periódico brasileño O Globo.
jlcg