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El partido liberal francófono Movimiento Reformador (MR), al que pertenece el primer ministro belga, Charles Michel, ha manifestado su disposición a debatir la prohibición del burkini en Bélgica porque la vestimenta "no fomenta la vida en común", informó hoy el diario "La Libre Belgique".
"Consideramos que el burkini es un símbolo de aislamiento identitario y de servidumbre de la mujer que no fomenta la vida en común", explicó el portavoz del MR, Christophe Cordier.
El político liberal reconoció que el veto al burkini no se ha debatido en el seno del partido, si bien recordó que el Movimiento Reformador siempre ha mantenido una posición "muy clara" sobre el uso del velo y se ha situado "a la vanguardia" de la lucha contra la formación de comunidades que "impiden la integración".
En ese sentido, Cordier aseguró que su formación no se opone a un debate en el Parlamento federal de Bélgica sobre la prohibición legal de la prenda.
"Comprenderíamos a los alcaldes que, con el objetivo de evitar problemas de orden público en el muy tenso contexto que conocemos, aprobarían medidas para vetar el burkini en el territorio de sus distritos", añadió el portavoz del MR.
Las declaraciones de Cordier se producen solo un día después de que la diputada del partido nacionalista Nueva Alianza Flamenca (N-VA) Nadia Sminate pidiera la prohibición del burkini en todas las playas y piscinas de Bélgica.
"Es absolutamente necesario evitar que las mujeres se paseen en burkini por Flandes. Ni en las piscinas ni en las playas y, de hecho, no creo que quieran, en nombre de la fe, caminar con semejante horror en la playa", aseguró la política de origen marroquí.
Mientras tanto, los democristianos flamencos del CD&V insistieron en que solo contemplan la prohibición del traje de baño en las piscinas por motivos higiénicos.
El debate sobre el uso del burkini surgió en Francia con su prohibición en Cannes y Villeneuve-Loubet, ambas en la Costa Azul, y desde allí se ha extendido a Bélgica, donde, sin embargo, no es frecuente su utilización en las playas, según confirmaron los alcaldes de varias ciudades costeras al diario "De Standaard".