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El terrorista suicida de Ansbach (sur de Alemania) que detonó una bomba junto a un festival de música el domingo e hirió a quince personas, recibía instrucciones a través de su teléfono móvil de una persona de Oriente Medio hasta poco antes de la explosión.
Según informó en una rueda de prensa el ministro alemán de Interior, Joachim Herrmann, los investigadores han comprobado que el hombre, un solicitante de asilo sirio de 27 años identificado como Mohamed Dalil, se comunicaba a través de un chat en internet con una persona que sabía de sus planes.
Sabía que el joven llevaba consigo una bomba y, cuando éste le informó de que había personal de seguridad a la entrada del festival al aire libre de Ansbach, presumiblemente el objetivo del atentado, le dijo que buscara algún hueco para colarse.
El suicida había grabado un video en el que juraba lealtad a la organización yihadista Estado Islámico (EI), que ha reivindicado el atentado.
Los investigadores todavía no han identificado a la persona con la que hablaba y Herrmann se limitó a señalar que se encontraba en "Oriente Medio" y que "sabía exactamente de qué iba" la situación.
El sirio detonó finalmente la bomba en el acceso a la plaza donde se celebraba el festival, sin lograr entrar en el recinto, y murió en la explosión.
El joven había estado ingresado en el pasado por problemas psiquiátricos y tendencias suicidas.
Su petición de asilo había sido rechazada en diciembre de 2014 porque se comprobó que había recibido protección previamente en Bulgaria, pero la devolución a ese país se suspendió en febrero de 2015 gracias a diversos informes médicos que recogían los problemas de salud -primero físicos y luego psicológicos- del joven.
El pasado 13 de julio se le informó de que se había reactivado esa orden de expulsión y de que tenía treinta días para abandonar el país.
Un terapeuta que le trató en 2015 había consignado en un acta que era capaz de escenificar un "suicidio espectacular" si era expulsado del país a Bulgaria.
jlcg