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Las condiciones de algunos centros de refugiados en Grecia plantean riesgos para la salud pública y por tanto deben ser clausurados, según estableció el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (KEELPNO) tras inspeccionar 16 centros gubernamentales del norte del país.
Esos centros se construyeron a toda prisa en antiguas instalaciones militares o zonas industriales para dar alojamiento a las casi 60 mil personas que quedaron en Grecia tras el cierre de la ruta migratoria de los Balcanes y, más tarde, para evacuar a los que acamparon junto a la frontera grecomacedonia en Idomeni.
Los inspectores del KEELPNO, que visitaron las instalaciones entre el 4 y el 8 de julio, constataron que cuentan con sistemas de ventilación insuficientes, que en muchos casos la única separación entre familias es una sábana colgada como una cortina, que se acumulan los desperdicios y que el acceso al agua corriente es precario.
"Proponemos el cierre total de los centros de acogida. Este proceso debe hacerse de forma progresiva, dando prioridad a los centros de alto riesgo" como la curtiduría de Karamanlís", explicó en el informe Alexis Benos, vicepresidente del KEELPNO y profesor de Medicina en la Universidad de Aristóteles, en Salónica.
En esa curtiduría reconvertida en centro de acogida, el KEELPNO encontró altos niveles de metales pesados tóxicos en el agua que beben los refugiados y amianto -un material altamente cancerígeno- en el tejado.
Entre los puntos críticos citados por Benos en el informe figura además la mala calidad de la comida que se ofrece a los refugiados y el hecho de que la mayoría de los centros se encuentran en áreas plagadas de mosquitos, lo que agravaría enormemente la situación en caso de brotar enfermedades contagiosas.
El KEELPNO concluyó que, ante la evidencia de que estos miles de personas se quedarán en Grecia durante mucho tiempo -mientras se procesan sus peticiones de asilo e incluso después-, la metodología de acogida debe cambiar, empezando por integrar a esta nueva población en la sociedad griega.
"La estrategia de funcionamiento de los centros de acogida (aislamiento de la población fuera de las zonas urbanas y bajo condiciones de supervivencia difíciles) debe ser abandonada por razones de salud pública", recalcó Benos.
El KEELPNO ha enviado su informe a los Ministerios de Migración, Defensa y Salud.
El Ministerio de Migración ha prometido en repetidas ocasiones durante los pasados meses el cierre de centros que no reúnan condiciones adecuadas, como el de Ellinikón, en el antiguo aeropuerto internacional de Atenas, pero éste no se ha producido.
Numerosas organizaciones no gubernamentales y colectivos presentes en los campamentos, como Human Rights Watch y Médicos Sin Fronteras, han denunciado también sus condiciones insalubres.
jlcg