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Un policía de Miami, quien disparó e hirió a un terapista afroamericano desarmado, quien trataba de calmar a un joven autista, señaló que su intención era dispararle al paciente con el transtorno, informaron hoy las autoridades locales.
El policía, del Departamento de Policía del Norte de Miami, cuyo nombre no ha sido dado a conocer, fue puesto bajo licencia tras el incidente ocurrido el pasado lunes cuando hirió en un pierna al afroamericano Charles Kinsey, de 47 años de edad.
En un video de celular, Kinsey se observa tendido en el piso con las manos en el aire, diciendo a la policía que él y sus paciente estaban desarmados y que no debían disparar contra ellos.
De acuerdo con las autoridades, la policía respondía a una llamada de emergencia de un hombre armado, y en el video se puede escuchar a Kinsey diciendo a la policía que "todo lo que tengo es un camión de juguete. Un camión de juguete. Soy un terapeuta del comportamiento en una casa hogar”.
Kinsey se había ofrecido para ayudar al paciente autista, quien había salido de su centro de cuidado.
El presidente de la Asociación Benevolente de la Policía del condado de Miami-Dade, John Rivera, dijo que "los policías pensaron que el hombre blanco estaba tratando de hacer daño al señor
Kinsey. Temían por la vida de Kinsey, el policía disparó su arma tratando de salvarle la vida y falló”.
Kinsey fue catalogado como “un héroe” por su empleador Clint Bower, presidente de MACtown, una empresa proveedora de servicios a personas con discapacidad.
Hilton Napoleon, abogado de Kinsey, dijo que “no hay justificación para disparar a una persona desarmada que les está diciendo que no tiene un arma y que es un terapista de conducta”.
El caso de Kinsey ha despertado nuevos cuestionamientos sobre el accionar de los oficiales en Estados Unidos, después de los violentos tiroteos cuestionables de la policía captados en video en Minnesota y Louisiana.
La muerte de dos afroamericanos a manos de policías blancos en ambas ciudades han provocado marchas y represalias de ex soldados afroamericanos que ha dejado policías muertos en Dallas (Texas) y Baton Rouge (Louisiana).