Más Información
"Grave error" dejar a Marko Cortés como líder en el Senado, advierte Adriana Dávila; PAN debe desligarse de liderazgos fallidos, afirma
Morena prepara nueva reforma constitucional para prohibir maíz transgénico; "sin maíz no hay país": Monreal
Último fin de semana del 2024 registra 171 asesinatos: SSPC; en promedio mataron a 57 personas por día
Oposición rechaza postura de Morena sobre revueltas por dichos de Trump; “está fuera de la realidad”, acusan
INE debe determinar si Morena puede promover el voto en la elección judicial: Sheinbaum; “importante que todas las autoridades participen”
Las autoridades de Baviera (al sur de Alemania) consideran que el afgano de 17 años que ayer atacó a los viajeros de un tren pudo haberse radicalizado recientemente, aunque no hay indicios de una conexión directa con redes islamistas y tampoco se descarta que fuera "un acto de locura".
En rueda de prensa, el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, señaló que en la habitación del joven, que vivía con una familia de acogida, se encontró una bandera de Estado Islámico (EI) pintada por él, además de un texto escrito en pastún, con grafías árabes y latinas que está siendo analizado.
Según las primeras interpretaciones, el texto podría incluir una especie de carta de despedida, tal vez a su padre, aunque el ministro consideró "prematuro" sacar conclusiones, puesto que todavía no se sabe ni siquiera de dónde procede la familia y, menos aún, si los progenitores están vivos.
El joven, un refugiado que había llegado a Alemania unos años atrás gritó según testigos "Allahu Akbar" (Alá es grande") en el momento del ataque, que se produjo poco después de que subiera al tren tras abandonar su casa de acogida.
"Por el momento no hay indicios de que estuviera en contacto con redes islamistas", añadió el ministro en referencia a la información difundida por la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista Estado Islámico, en la que se asegura que el joven era "uno de los combatientes" de ese grupo terrorista.
Todo indica, apuntó Herrmann, a que el joven se lanzó contra los pasajeros "de forma indiscriminada" y que fue "por casualidad" que resultaron heridos cuatro miembros de una familia de turistas chinos, procedentes de Hong Kong, uno de los cuales se debate entre la vida y la muerte, y otros tres sufrieron lesiones graves.
En el momento del ataque se encontraban en el tren regional entre 20 y 30 pasajeros, algunos de los cuales llamaron a la policía hasta que finalmente alguien accionó el freno de emergencia del convoy.
En la zona se encontraba de casualidad un comando especial de la policía que participaba en un operativo contra el tráfico de drogas, que se dirigió de inmediato al lugar donde se detuvo el tren, del que ya había descendido por entonces el joven agresor.
Éste fue localizado poco después en las inmediaciones, en el margen de un río, y fue abatido tras lanzarse contra los agentes "de forma muy agresiva" y tras haber atacado a una ciudadana, relató el ministro.
Las personas más cercanas al joven, con las que tuvo contacto en los últimos meses, ven "totalmente incomprensible" la agresión protagonizada por el menor, al que califican de creyente, pero "en ningún caso como "radical o fanático".
Según esos testimonios, el joven iba la mezquita en días señalados, pero no todas las semanas.
jlcg