Niza.— Todo marchaba a la perfección en la ciudad situada en el corazón de la Costa Azul. La temporada comenzó con el legendario carnaval de febrero, después siguió el Festival de Cannes, el Gran Premio de Mónaco y la fiesta de la Eurocopa.

No podía irle mejor a Niza, un valioso tesoro arquitectónico y cultural, ubicado frente al Mediterráneo y que debe su prosperidad al turismo.

Sin embargo, la excelente temporada fue truncada la noche del jueves pasado, cuando Mohamed Lahouaiej Bouhlel, a bordo de un camión, transformó el Paseo de los Ingleses en el “bulevar de la muerte”.

Los efectos colaterales del ataque realizado por un “lobo solitario” de la yihad han sido inmediatos: conciertos, festivales, reservaciones de hoteles y visitas de cruceros canceladas.

Los hoteles de la ciudad registraron anulaciones en cadena a partir de la madrugada del viernes. “Nos pegó durísimo, nos han cancelado muchas, pero muchas reservaciones”, coinciden tres empleados del hotel Malmaison consultados por EL UNIVERSAL.

“Las vacantes del día fueron cubiertas inmediatamente por los periodistas que llegaban, pero cuando partan, nos toparemos con la dura realidad”, dice el responsable de la recepción pidiendo no ser identificado con su nombre.

“Ya nos vamos porque se supone que veníamos a la fiesta y nos topamos con una gran tristeza”, dice en el lobby del hotel una pareja de ingleses, que adelantó su regreso a Bristol para el domingo debido a que fue cancelado el Festival de Jazz, el cual anticipaba una asistencia de 60 mil personas.

También fue suspendido el espectáculo de Rihanna —los 40 mil boletos estaban agotados— programado para el viernes pasado en el estadio de Niza y por lo menos dos cruceros evitaron de última hora la ciudad, el Royal Caribbean International y el Celebrity, con 3 mil 100 y 2 mil 400 pasajeros, respectivamente. Se estima que cada viajero de crucero gasta una media de 40 euros durante su parada en Niza.

La Costa Azul es el segundo destino turístico de Francia después de París. De acuerdo con el Comité Regional de Turismo de la Costa Azul, 11 millones de personas visitan anualmente este destino del Mediterráneo, de los cuales 48% son turistas, principalmente italianos, ingleses, irlandeses, alemanes y estadounidenses. Niza, con 4.3 millones de visitantes en solitario, es el centro neurálgico de la zona.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos, 40 mil empleos están directamente relacionados al turismo en los Alpes Marítimos, 17 mil sólo en Niza, y el sector concentra 11% del PIB regional.

Michel Tschann, presidente honorario del Sindicato Hotelero de Niza-Costa Azul, informó que aún no hay estadísticas sobre el impacto del atentado, aunque el sector lo reciente: “Los clientes que estaban el jueves en el Paseo de los Ingleses se fueron directamente al aeropuerto”.

Un mesero del restaurante italiano La Massaia se queja de la drástica baja de comensales, “deberíamos estar al tope y hay mesas vacías”; al igual que la encargada de la playa privada Beau Rivage, en donde 70% de las colchonetas y sombrillas lucían desocupadas, algo impensable al tratarse de un puente festivo.

La quinta ciudad de Francia con sus 400 mil habitantes, se había convertido en el destino alternativo para los que preferían evitar París como consecuencia de los mortíferos ataques de enero y noviembre de 2015.

Ahora tendrá que enfrentar el efecto del terrorismo. Bruselas reportó pérdidas por 51 millones de euros como consecuencia de los ataques bomba en el Metro de Maalbeek y el aeropuerto Zaventem, mientras que París registró una cancelación de las reservaciones de hoteles de 50% en noviembre, fecha en que fue el ataque.

De acuerdo con un estudio del World Travel and Tourism Council, un destino turístico requiere de 13 meses para recuperarse de un atentado terrorista.

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