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El proceso interno de los partidos Republicano y Demócrata entró hoy a su fase final con la celebración de elecciones en las seis últimas entidades de Estados Unidos, cuyos resultados no tendrán mayor efecto ante una contienda presidencial definida.
Aunque algunos medios proyectaron que Hillary Clinton habría alcanzado ya la cifra de dos mil 383 delegados necesaria para la nominación presidencial demócrata, líderes de su partido calificaron de prematuro lo que sería un histórico acontecimiento e hicieron un llamado a los votantes para que participen en las primarias de este martes.
“Es un poco prematuro manejar esos números basados en proyecciones, pero esto no ha terminado aún, tenemos que respetar el proceso”, declaró a la cadena radial NPR el exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien apoya la candidatura de Clinton.
Tanto republicanos como demócratas empezaron a acudir a las casillas en Nueva Jersey desde las primeras horas del día, y millones más se espera lo hagan en California, Nuevo México, Dakota del Sur, Dakota del Norte y Montana.
Para los primeros, la jornada de este martes será de trámite debido a que Donald Trump se convirtió semanas atrás en el virtual nominado presidencial después de alcanzar mil 237 delegados para clamar la nominación, aunque lo será de manera oficial hasta la convención nacional republicana en Cleveland.
Entre los demócratas, la contienda que mayor interés ha generado es la de California, donde estarán en juego 475 delegados electos además de 71 de los llamados superdelegados, figuras del partido como Richardson, con peso e influencia política.
Un triunfo de Clinton en California haría resonar más su ventaja sobre Bernie Sanders una vez que obtenga la cifra de delegados electos para convertirse en la nominada, dejando de lado los superdelegados agregados a su columna con base en proyecciones sobre las que fue declarada ya ganadora.
Las encuestas de opinión apuntan a una contienda cerrada entre Clinton y Sanders, cuyo triunfo en el estado más poblado del país sería una bocanada de oxígeno a su argumento de ser el candidato más fuerte, prolongando así la división entre la base electoral demócrata.
Richardson reconoció la posibilidad de que Sanders pudieran llevarse la contienda en California, pero anticipó que su estado será para la ex primera dama.
“Tengo un fuerte sentimiento de que Hillary ganará en Nuevo México, en Nueva Jersey se ven bien las cosas. Creo que los números se ven bien y que los delegados electos y los superdelegados se van a ir con Hillary”, anticipó.
cfe