El primer ministro francés, Manuel Valls, instó al sindicato CGT a dejar de organizar manifestaciones masivas en París en contra de una polémica reforma laboral, después de nuevos enfrentamientos entre jóvenes enmascarados y la policía antidisturbios.
Al costado de una marcha liderada por la CGT, bandas de jóvenes enmascarados lanzaron bombas incendiarias de fabricación casera a la policía y rompieron ventanas, incluso algunas del principal hospital de niños de París.
"Cuando no puedes organizar una manifestación y asumir la responsabilidad, dejando matones en el medio de la marcha (...) entonces no organizas este tipo de manifestación que puede degenerarse", dijo Valls a la radio France Inter.
La policía lanzó gases lacrimógenos y usó cañones de agua para dispersar a los grupos de jóvenes durante la marcha, que convocó sólo en París a unas 80 mil personas.
El departamento de policía de París reportó 58 arrestos, entre ellos de muchos extranjeros y dijo que 24 oficiales y 17 manifestantes resultaron heridos.
"No podemos tener una prohibición general (sobre manifestaciones), pero asumiremos nuestras responsabilidades. No podemos tener más este show vergonzoso con las cosas saliéndose de control", dijo Valls antes de visitar el hospital de niños Necker para evaluar los daños.
A pesar de los últimos hechos de violencia, Valls repitió su negativa a dar marcha atrás con la reforma para facilitar la contratación y despido de empleados, al afirmar que el proyecto de ley ya ha sido suavizado para tener en cuenta las visiones de sindicatos más moderados.
jlcg