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Su ausencia no los exime de responsabilidades: con esas palabras, el secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, expresó el martes su enojo por la inasistencia de los líderes más poderosos del planeta a la primera Cumbre Humanitaria Mundial, que se realizó los días lunes y martes en Turquía.
Del club del G7, sólo la canciller alemana, Angela Merkel, acudió a la cumbre, en la que se dieron cita delegaciones de 173 países.
Entre ellos, 55 eran representados por jefes de Estado o de gobierno, en su gran mayoría procedentes de África y Asia. “Es decepcionante que algunos líderes del mundo no hayan podido estar aquí, salvo la canciller alemana, Angela Merkel. Espero que se comprometan más en la fase de implementación” de las ideas aprobadas en la cumbre, dijo Ban.
Se registraron unas mil 500 propuestas y promesas para hacer más eficiente la asistencia de emergencia, proteger mejor a los trabajadores humanitarios y combinar la ayuda en momentos de crisis con la que se ofrece para un desarrollo a largo plazo, dijo Ban.
La ONU pretende movilizar 40 mil millones de dólares para hacer frente a las necesidades más urgentes, como la crisis en Siria, en Libia, Sudán del Sur y República Centroafricana. Estados Unidos, que no asistió a la cumbre, encabeza las operaciones contra el Estado Islámico (EI) en Siria, junto con otros países aliados, como Francia. Rusia también bombardea posiciones terroristas, lo que ha generado millones de desplazados. Francia, a su vez, jugó un papel clave en la República Centroafricana, adonde envió soldados hace tres años para detener los enfrentamientos en distintas comunidades.
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