Una persistente interrogante desde el estallido del escándalo de los Papeles de Panamá es por qué tan pocos nombres de estadounidenses prominentes han aflorado en las revelaciones de cuentas ultramarinas.
El abogado en el centro del escándalo tiene una explicación: él prefiere no tenerles como clientes.
En una entrevista con The Associated Press, Ramón Fonseca dijo que él y su socio alemán en Mossack Fonseca se pasan vacaciones en Estados Unidos, pero tienen viejos lazos con Europa y siempre han centrado sus negocios allí y en Latinoamérica. Los pocos clientes estadounidenses de la firma son mayormente para pedidos de visas y otras gestiones por la comunidad de expatriados norteamericanos en Panamá.
El periódico alemán Sueddeutsche Zeitung, que obtuvo inicialmente los 11,5 millones de documentos financieros confidenciales que forman la filtración, dijo que entre estos estaban copias de 200 pasaportes estadounidenses y que 3.500 accionistas en compañías ultramarinas listaron direcciones en Estados Unidos. Eso es una pequeña fracción de las más de 220.000 compañías ultramarinas que Mossack Fonseca dice ha creado en los últimos 40 años.
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