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A sólo unas semanas de la cita con las urnas en Iowa y en New Hampshire, la más firme aspirante a la nominación presidencial por el partido demócrata, Hillary Clinton, pasó ayer a la ofensiva para tratar de frenar el peligroso avance de su adversario, el senador por Vermont, Bernie Sanders, entre la base electoral que decidirá la primera fase de las primarias.
A diferencia de los tres debates anteriores, Clinton y Sanders se pusieron los guantes y se lanzaron una sucesión de golpes dialécticos para cuestionar las credenciales de cada uno como próximo sucesor de Barack Obama.
El terreno del duelo elegido por ambos aspirantes en la ciudad de Charleston, Carolina del Sur, fue la reforma del sistema de salud, uno de los grandes legados de Barack. En opinión de Bernie Sanders, esta reforma se ha quedado corta a la hora de ofrecer un sistema de salud universal a todos los estadounidenses.
“Seguimos teniendo uno de los sistemas de salud más caros en el mundo. Y aún hay 29 millones de personas que no pueden contratar un seguro médico”, aseguró Sanders al dar a conocer su propuesta para una reforma más a fondo del sistema de salud.
La propuesta de Sanders fue aprovechada por Hillary Clinton para acusarlo de querer “comenzar de cero”, abriendo de nueva cuenta un debate que ha sido aprovechado desde las filas del Partido Republicano para amenazar con abrogar la ley de salud que firmó Obama.
“Yo también estoy comprometida con un sistema de salud universal. Pero abrir de nueva cuenta y comenzar de cero es irresponsable”, consideró Clinton. “Además, los jóvenes que no encuentran trabajo pueden seguir en el seguro de sus padres hasta los 26 años”, añadió al asegurar que durante su presidencia defenderá y profundizará las reformas emprendidas por Obama.
Otro de los capítulos abordados por ambos aspirantes, que consiguieron eclipsar por completo al tercer participante en el debate, el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, fue el debate sobre la espiral de violencia y muertes que han llegado con las ventas sin precedentes de armas y de los cargadores de munición de alta capacidad.
“No es posible seguir con la muerte de más de 30 mil personas al año por culpa de la violencia asociada al uso de armas”, aseguró Hillary Clinton, quien se ha convertido en la más firme aliada del presidente Obama a la hora de defender una serie de medidas para introducir mayores controles a la venta de armamento.
“Creo que es importante mencionar aquí el récord del senador Sanders. Él ha votado en favor de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en numerosas ocasiones. Votó en contra de la llamada iniciativa Bill Brady [para poner más controles] en cinco ocasiones. Votó en favor de conceder inmunidad a los productores y vendedores de armas”, arremetió Clinton.
El golpe propinado por Clinton contra Sanders, obligó al senador por Vermont a pasar a la contraofensiva al asegurar que el problema en EU es un sistema judicial que “está roto”.
“Alguien puede estar contento cuando en un país como el nuestro la policía tiene los récords de millones que fuman marihuana, pero no tiene los récords criminales que han destruido nuestra economía”, dijo Sanders en alusión a los vínculos de Hillary Clinton con los ricos y poderosos de Wall Street. “Tenemos que terminar con eso. Con un modelo de país donde los millonarios controlan la vida de este país”, remató.