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Unos 200 militantes nacionalistas japoneses se manifestaron el martes en Tokio contra el acuerdo concluido con Corea del Sur sobre el asunto de las esclavas sexuales del ejército japonés durante la ocupación de la península coreana.
El lunes pasado, Japón presentó sus "sinceras excusas" a las víctimas y destinará la suma de 8.5 millones de dólares para indemnizar a las 46 "mujeres de confort", como el ejército japonés llamaba a las esclavas sexuales, aún en vida en Corea del Sur.
El primer ministro japonés Shinzo Abe, conocido por sus posiciones nacionalistas, dijo que el acuerdo representaba "una nueva era" en las relaciones de Japón y Corea del Sur.
Los manifestantes cantaron Kimigayo, el himno japonés, frente a las oficinas de Abe.
"Nunca aceptaremos esta traición", gritaban los manifestantes.
"Abe, tú deshonras el espíritu de los muertos de la guerra", dijo una mujer que aconsejaba al primer ministro que se "hiciera el harakiri", el rito de suicidio masculino que literalmente quiere decir "corte de vientre".
El asunto de las esclavas sexuales, que se remonta al período de la ocupación de la península coreana entre 1910 y 1945, envenenó durante décadas las relaciones entre los dos países.
La extrema derecha nacionalista japonesa sostuvo desde siempre que Japón no debía disculparse y pone en duda incluso la veracidad de esas "mujeres deconfort" sobrevivientes.