Las autoridades estadounidenses empezaron hoy el traslado a albergues del norte de Texas (EU) de casi un millar de menores indocumentados provenientes en su mayoría de Centroamérica y que acaban de cruzar la frontera con México.

El traslado responde al fuerte incremento vivido en las últimas semanas en las llegadas de menores no acompañados hasta una cifra que los albergues de la frontera no son capaces de absorber.

Entre octubre y noviembre, cruzaron la frontera casi 10.595 menores no acompañados, más del doble que en 2014, cuando fueron 5.129, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

Los menores, de entre 12 y 17 años, llegarán a dos albergues pertenecientes a organizaciones religiosas en los condados de Ellis y Rockwall, muy cercanos a la ciudad de Dallas.

Las funcionarios en ambos condados aseguraron que el traslado les fue "impuesto" por las autoridades federales.

"La gente puede estar muy preocupada por la seguridad. Estos niños han cruzado ilegalmente la frontera, de algún modo han tenido la capacidad y la astucia para cruzar de Guatemala a México. ¿Con qué clase de niños estamos tratando?", dijo Paul Perry, comisionado del condado de Ellis.

Por su parte, el juez del condado de Rockwall, David Sweet, afirmó: "Somos conscientes de la situación difícil que viven estas personas pero nuestra prioridad, obviamente, es la seguridad de todos los residentes del condado y de esto nos estamos encargando".

Los menores permanecerán en estos centros por un máximo de tres semanas a la espera de que familiares que ya viven en Estados Unidos los acojan o, en caso contrario, de ser deportados a sus países de origen.

Las autoridades también informaron de la apertura de un tercer albergue en California antes de que finalice el año.

Ed Walker, fundador del albergue del condado de Rockwall, respondió a los comentarios escépticos de las autoridades locales: "Estos niños -afirmó- ya están aquí y tenemos que encargarnos. Estamos preparados para ayudar y contentos de hacerlo".

En un comunicado, el Departamento de Salud de Estados Unidos afirmó que "aumentar la capacidad de albergue de menores no acompañados" es "una medida prudente para que la Patrulla Fronteriza siga con su misión de prevenir la inmigración ilegal y el tráfico humano".

Durante el año fiscal 2014, que acabó el 30 de septiembre de ese año, cerca de 68.500 menores no acompañados cruzaron la frontera sur de Estados Unidos en una crisis migratoria sin precedentes que obligó a la apertura de decenas de albergues para alojarlos.

El flujo migratorio descendió con la llegada de los meses más calurosos del verano y no volvió a subir hasta ahora, transcurrido más de un año.

cfe

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