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La tenencia de perros y gatos en apartamentos es algo que genera controversias entre los dueños de las mascotas y los vecinos que no están dispuestos a soportar ruidos o la suciedad causada por los animales.
El mes pasado llegaron 29 denuncias a la Comisión Nacional Honoraria de Bienestar Animal (Conahoba) de personas que compraron o alquilaron un inmueble y después de instaladas les llegó una nota avisando que no pueden tener animales.
Sólo el martes 27 de octubre, la Conahoba, creada por la ley 18.471 de Protección Animal, recibió siete llamadas por el mismo problema, y la de la señora de Punta del Este a la que están multando.
El abogado de la dueña del caniche del edificio de Punta del Este, Joaquín Chopitea, indicó que presentaron una denuncia policial. Además están esperando el informe de la Conahoba, pero éste "no obliga a la administración del edificio a dejarla tener el perro ni a quitarle la multa".
Si con el informe de la Comisión la administración del edificio no accede a quitar la multa y a que ella pueda tener el caniche, el abogado dijo que el próximo paso será presentar una demanda civil por daño moral y daños y perjuicios.
La administración le está agregando la multa a los gastos comunes, pero ella va a pagar sólo los gastos comunes y no la sanción porque no la reconoce "como válida en virtud que se la está obligando a renunciar a su derecho de tener un animal de su propiedad como lo avala la Constitución", dijo el abogado.
Normativas
A quienes llaman a consultar, la Conahoba les dice que es ilegal prohibir la tenencia de mascotas en los edificios de apartamentos.
Ana Rita Colombo, integrante de la Comisión de Bienestar Animal, dijo que la Conahoba se basa para hacer esa afirmación en un informe del departamento jurídico del Ministerio de Educación (MEC). En ese trabajo, el MEC sostiene que los animales son objetos de propiedad; entonces, el ciudadano tiene derecho a tenerlos porque la Constitución fija el derecho a la propiedad.
Además, la ley de propiedad horizontal no establece ninguna prohibición para tener animales. La prohibición sólo se ha establecido en reglamentos internos de algunos edificios, votada por las asambleas de vecinos. Pero la representante de la Conahoba asegura que los "reglamentos internos están por debajo de la Constitución".
Gustavo Mosquera, de Roco Administraciones, indicó que la tenencia de mascotas "es un tema de discusión permanente. Creo que es un problema de las personas y no de los animales, ya que los perros ensucian y los dueños no limpian".
Agregó que normalmente lo que les sugieren "a las comisiones administradoras es poner una plaqueta en la entrada informando que está prohibido tener animales". En los reglamentos internos de los edificios "hay una tendencia a prohibir a las mascotas", sostuvo.
Joana Miqueiro, jefa del departamento de gastos comunes de la empresa Acsa, que administra edificios, dijo que es común que se cobre multas por ruidos molestos o por falta de higiene, causados por las mascotas, pero no que se establezcan sanciones económicas por la tenencia de animales.
La representante de la Conahoba dijo que al prohibir a los animales en edificios se está incitando a cometer un delito, ya que la ley de Protección Animal prohíbe el abandono de las mascotas.
En la legislatura pasada tuvo media sanción un proyecto de ley impulsado por el diputado colorado Fitzgerald Cantero para incluir en la ley de Protección Animal la nulidad de las prohibiciones de tenencia de mascotas en apartamentos, pero el Senado no lo trató. Es decir que en la nueva legislatura hay que votarlo nuevamente. En junio pasado, Cantero, que suplió al diputado Ope Pasquet, volvió a presentar el proyecto. Pero aún no hay avances de su tratamiento en el Parlamento.
Defensoría del Vecino tramitó 301 consultas
Desde diciembre de 2006 hasta ayer, la Defensoría del Vecino recibió 301 asuntos vinculados a la temática animales, entre ellos reclamos, consultas y propuestas asociadas a olores, ladridos, mordidas, acumulación de perros y gatos, entre otros.
Si el problema que ocasionan los animales es porque hay muchos en una misma casa, o por insalubridad, hay que realizar el reclamo en el Servicio de Salubridad de la Intendencia o en los Centros Comunales Zonales, explica la Defensoría.
Si el problema es por maltrato a un animal o por tenencia irresponsable de mascotas, donde entran situaciones asociadas a ruidos molestos, el reclamo debe hacerse en la Conahoba (Comisión Nacional Honoraria de Bienestar Animal).
Si bien hasta el momento estas situaciones han sido derivadas, actualmente la Defensoría está trabajando en la instalación de una Red de Mediadores Comunitarios, por lo cual se espera que próximamente estas sean abordadas por los mediadores.
Asambleas de vecinos terminan en grescas
Vivir a merced de la voluntad de los vecinos puede ser moneda corriente y hacer enloquecer como el viento norte. Hay ruidos que se propagan a través de las estructuras más sólidas de un edificio y llegan a amplificarse de manera imponente a lo largo de 50 metros. Está el hombre que martilla a cualquier hora o la mujer que camina ansiosamente con zapatos de taco, quien limpia el apartamento de noche o el nuevo copropietario que sin dar aviso a nadie decide hacer reformas: cambia ventanas, tira abajo una divisoria o remodela cocina y baños.
En general, la mayoría no realiza denuncias en una seccional policial por mala convivencia y ruidos molestos. Espera que todo cambie, se comunica con el administrador o con el propio vecino que con sus costumbres le impide dormir. Pero hay otras historias.
El 911 ha llegado a recibir denuncias por disputas que se salen de su cauce a lo largo de una asamblea de copropietarios.
En un edificio de Pocitos hubo una convocatoria a reunión extraordinaria con diversos puntos a tratar en el orden del día, entre ellos la tenencia de animales que provocaban ruidos molestos, insalubridad o atropellos a personas mayores.
Como pocas veces, la asamblea fue multitudinaria. Entre una veintena de personas, no faltó una abogada defensora de los animales, una jovencita amante de los loros, el señor de los gatos (que tenía una docena), un alimentador de palomas que temía por el envenenamiento de ellas y dos o tres vecinas más, dueñas de perros que solían salir de los apartamentos disparados como cohetes.
Desde el inicio, el clima tenso era fácil de advertir; se entrecruzaron múltiples argumentos y si bien no se establecieron dos bandos cerrados, a favor y en contra, algunos comenzaron a ensañarse con otros.
Primero hubo encontronazos a nivel verbal y después las diferencias desembocaron en agarrones de cabellos. Pocos minutos más tarde un patrullero se detuvo en la puerta del edificio. La mayoría se fue silbando bajito a su casa y otros terminaron al día siguiente declarando en la comisaría. Desde entonces hubo más de una mudanza pero no se prohibieron las mascotas.