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El presidente ruso, Vladímir Putin, exigió a Turquía disculpas y castigo a los responsables del derribo del bombardero ruso Su-24 que participaba en una misión antiterrorista en Siria.
"Todavía no hemos escuchado disculpas claras por parte de la cúpula político-militar de Turquía, ni ofertas para compensar los daños ni tampoco la promesa de que los criminales serán castigados", dijo Putin en el Kremlin al recibir las cartas credenciales de nuevos embajadores en Moscú.
El presidente ruso calificó de "absolutamente inexplicables los golpes por la espalda, a traición", por parte de un país al que Rusia consideraba un aliado en la lucha contra el terrorismo.
"Da la impresión de que el gobierno turco, conscientemente, lleva las relaciones ruso-turcas a un atolladero. Lo lamentamos", dijo.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, pidió "explicaciones realistas a la parte turca" sobre el derribo del bombardero ruso.
El portavoz recalcó que el "ataque criminal" al avión ruso, uno de cuyos dos pilotos murió tiroteado desde tierra cuando descendía en paracaídas, ha causado un "daño bastante devastador" a las relaciones ruso-turcas, que "será difícil de restañar".
"Se trata de un incidente demasiado grave, con consecuencias muy graves e inevitables", enfatizó.
Peskov indicó que la cumbre entre Putin y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, programada para mediados de diciembre próximo en la ciudad rusa de San Petersburgo "de momento no se ha cancelado oficialmente".
Pero al mismo tiempo señaló que, "desde luego, hay muchos asuntos en el aire en cuanto a la celebración de esa reunión" y que "la situación aún no se ha aclarado".
Agregó que no se planea una entrevista de los dos mandatarios durante la Cumbre de París sobre el Cambio Climático, que comienza el próximo lunes.
El portavoz del Kremlin aseguró que Rusia no ha impuesto un embargo a las importaciones procedentes de Turquía, pero que se adoptan "medidas adicionales de control", en alusión a la retención de cargas turcas en las fronteras rusas.
"Esto es completamente natural, sobre todo en vista de las acciones impredecibles de Turquía", explicó.
Peskov reiteró que el bombardero ruso abatido por dos F-16 turcos se hallaba sobre el territorio de Siria y no invadió el espacio aéreo de Turquía.
"Ni siquiera había amenaza de entrar en Turquía (...), todo el vuelo estaba bajo mi control hasta el momento de la explosión del avión", declaró ayer a la televisión rusa el segundo piloto del Su-24, Konstantín Murajtin, quien fue rescatado en tierra por efectivos de fuerzas especiales rusas y sirias.
Ankara sostiene que el bombardero ruso entró en el espacio aéreo turco e hizo caso omiso de hasta diez advertencias.
jlc