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Por octava vez desde que en 1985 comenzaron a restablecerse las prácticas democráticas en Guatemala luego de los regímenes militares instalados a la fuerza en 1954, los guatemaltecos acuden hoy a una segunda ronda de los comicios presidenciales y empezaron lentamente a asistir esta mañana a votar para elegir a la décima persona que presidirá a esta nación desde 1986.
La contienda final del proceso, del que saldrá la persona que deberá gobernar por cuatro años a partir del 14 de enero de 2016, es disputada por únicamente dos candidatos presidenciales. Los resultados se esperan para esta misma noche.
Los aspirantes son Jimmy Morales Cabrera, del opositor Frente de Convergencia Nacional, de 46, comediante de televisión y de cine, administrador de empresas, teólogo y sin experiencia en asuntos estatales aunque favorito para ganar, y Sandra Julieta Torres Casanova, de la opositora Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), de 60 años, ex primera dama (divorciada de Álvaro Colom, presidente de 2008 a 2012), comunicadora y experimentada activista política.
Con un lento flujo de electores y sin que se deseche un incremento del abstencionismo, las votaciones en segunda vuelta—la primera se efectuó el pasado 6 de septiembre—se iniciaron a las 07:00 horas locales y concluirán a las 18:00.
La jornada se desarrolla en medio de un fuerte despliegue de seguridad y vigilancia de 54 mil efectivos policiales, militares y del Ministerio Público, precisó el viceministro guatemalteco de Gobernación, Elmer Sosa.
Morales ganó la primera vuelta pero sin obtener más del 50% requerido para proclamarse presidente electo, y Torres quedó de segunda, por lo que ambos dejaron rezagados a otros 12 aspirantes presidenciales y obtuvieron el derecho de competir hoy en la contienda definitiva.
Más de 7,5 millones de guatemaltecos están inscritos para sufragar en 2 mil 796 centros de votación con 19 mil 582 mesas receptoras de votos.
A las 07:00 horas en punto, el presidente del Tribunal Supremo Electoral de Guatemala (TSE), Rudy Marlon Pineda Gómez, declaró formalmente abierto el proceso de votaciones, durante un solemne acto en el Colegio Santa Teresa, de esta capital, y en presencia de embajadores y otros miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en esta nación y de observadores nacionales e internacionales.
La Organización de Estados Americanos (OEA) desplegó 70 observadores en distintas partes del país.
A las 07:12 horas de esta mañana, Pineda informó que “todos” los centros de votación lograron abrir “con normalidad” y aseguró que tampoco se tienen noticias de incidentes.
El fenómeno del abstencionismo vuelve a sobrevolar en el escenario, pese a que en los últimos procesos ha disminuido. En la primera vuelta de los comicios de 2011 bajó al 30% frente al 39.6% de la primera de 2007, mientras que en la segunda del 2011 llegó al 40% contra 51.8% en la segunda de 2007, según registros del TSE.
El abstencionismo en la primera de 2015 fue del 29.7%, el más bajo desde 1985, de acuerdo con datos oficiales.
Al igual que en la primera, los guatemalteco asisten a la segunda ronda tras la conmoción institucional sufrida por Guatemala con el destape, en abril de este año, de un millonario caso de corrupción política en las aduanas guatemaltecas que provocó masivas protestas callejeras y obligó a Otto Pérez Molina a dimitir a la presidencia el pasado 2 de septiembre. Acusado por la Fiscalía General de Guatemala de ser el cabecilla de una estructura criminal responsable de una defraudación, Pérez está preso desde el 3 de septiembre, aunque aduce ser inocente; su cuatrienio habría concluido en enero de 2016.
El ganador de las elecciones de 1985—el democristiano Marco Vinicio Cerezo Arévalo—asumió en enero de 1986, fecha marcada como la del restablecimiento democrático luego de 32 años de regímenes militares, en un país que registró una guerra que estalló en 1960 y finalizó en 1996 con más de 250 mil muertos y desaparecidos en 36 años de un conflicto armado que agudizó la represión política interna y sus secuelas en el resto de la también convulsa Centroamérica.
El periódico Prensa Libre, el principal de Guatemala, recordó en su editorial de hoy que el recorrido de tres décadas de 1985 a 2015 “puede ser sintetizado como un periodo que solo ha servido para que los políticos muestren su deterioro ético. Hasta ahora la llegada a las urnas simplemente ha sido un ejercicio cívico de votar, pero que no ha trascendido en acciones retributivas por parte de quienes tienen en sus manos la posibilidad de incidir”.