Madrid/Barcelona.— El jefe del gobierno de Cataluña, Artur Mas, cerró ayer con una exaltación patriótica la campaña de las elecciones del domingo, que ha logrado convertir en un plebiscito de facto sobre la independencia de España y en las que encuestas apuntan a una mayoría absoluta de las fuerzas independentistas en el Parlamento.

Las urnas “llevan a la prosperidad, a la dignidad y a la libertad”, proclamó Mas en Barcelona en el acto final de Junts Pel Sí (Juntos por el Sí), la candidatura secesionista unitaria integrada por su partido, Convergència; Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y personas procedentes de organizaciones civiles independentistas.

Decenas de miles de partidarios llenaron la Avenida María Cristina de Barcelona, donde agitaron banderas secesionistas y gritaron consignas como “Nunca más súbditos” y la de “In-inde-independencia”. “El domingo, compatriotas, escribiremos el futuro”, dijo Mas.

Si el independentismo logra mayoría absoluta en el Parlamento catalán, aunque sea mínima y no llegue a la mitad más uno de los votos, su plan es dirigir un gobierno de concertación que lleve a la proclamación de la independencia en un plazo máximo de 18 meses.

Según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, estatal) difundido el 10 de septiembre, Junts Pel Sí alcanzaría entre 60 y 61 diputados. Las encuestas publicadas el fin de semana anterior al de las elecciones por los dos principales diarios españoles, El Mundo y El País, le otorgan 65-66 y 66-67 escaños, respectivamente.

Pero en términos de voto, la situación es distinta. Las encuestas otorgan a la agrupación secesionista en torno a 40% del escrutinio (hasta 47% al independentismo contando con CUP, el partido de izquierdas pro independencia que no quiso integrarse en la lista de Mas), un porcentaje que dejaría en el aire la legitimidad para que Mas dé los primeros pasos hacia una declaración de independencia.

Las elecciones se han convertido en el mayor desafío al Estado español en 40 años de democracia. El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, cerró la campaña apoyado por el ex premier francés Nicolas Sarkozy, quien advirtió que los comicios catalanes son “un problema de toda Europa”. DPA y EFE

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