El presidente de México, Enrique Peña Nieto, lamentó hoy el fallecimiento de cientos de creyentes musulmanes por la estampida ocurrida hoy en la ciudad de La Meca, que dejó al menos 717 muertos y 863 heridos.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México expresó en un comunicado "sus más sentidas condolencias al Gobierno y al pueblo del reino de la Arabia Saudita por el trágico accidente en el que murieron cientos de personas y otras resultaron heridas en Mina, cercano a La Meca".
Países como España, Alemania, Francia o Estados Unidos han dado también el pésame al país y a los familiares de las víctimas del suceso.
La avalancha fue provocada por la aglomeración y la entrada masiva de personas que participaban en el rito musulmán de la peregrinación.
Los fieles se dirigían desde sus campamentos al lugar en el que debían cumplir hoy con el rito de la lapidación de las tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo, durante el tercer día de la peregrinación.
Fuentes oficiales explicaron que la causa de la tragedia fue el aumento en el flujo de peregrinos y la entrada repentina de un gran número de ellos hacia una zona donde se disponían a realizar un ritual.
Las autoridades indicaron que la zona donde tuvo lugar el incidente fue reabierta al tránsito y que los peregrinos pueden volver a circular por ella para seguir realizando los rituales de la peregrinación.
Un total de tres millones de personas participan estos días en este importante rito religioso, que es uno de los cinco pilares del islam junto a la "shahada" (profesión de fe), la limosna, la oración y el ayuno en el mes de Ramadán.
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