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Jerusalén.— El gabinete de seguridad de Israel aprobó ayer la detención sin juicio de ciudadanos sospechosos de usar la violencia contra los palestinos, en una enérgica medida que busca capturar a los responsables de un letal incendio en Cisjordania que habría sido provocado por militantes judíos.
La extensión a los israelíes de la llamada “detención administrativa”, una práctica comúnmente aplicada a milicianos palestinos sospechosos y condenada internacionalmente, pone al descubierto la frustración de las autoridades al no lograr detener los ataques de judíos ultranacionalistas.
El incendio intencional de una vivienda palestina, en Duma, la madrugada del viernes provocó la muerte de Ali Dawabsha, un bebé de 18 meses, e hirió gravemente a sus padres y hermano, lo que generó indignación internacional y promesas del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que combatirá lo que calificó como “terrorismo” por “criminales en nuestra nación”.
Nadie se adjudicó la responsabilidad del ataque en Duma, en la Cisjordania ocupada. Como no se han realizado arrestos hasta el momento, algunos comentaristas israelíes cuestionaron la decisión de los servicios de seguridad que, al responder a los ataques palestinos, a menudo detienen un gran número de sospechosos como parte de sus pesquisas. En ocasiones, esos detenidos son privados de su libertad durante meses y sin juicio, una medida que Israel justifica diciendo que es necesaria para evitar más violencia.
El gabinete de seguridad de Netanyahu decidió extender esos arrestos a los israelíes “para tomar todas las medidas necesarias para que los responsables enfrenten a la justicia y evitar que esos ataques ocurran en el futuro”, dijo un comunicado. El documento agregó que los métodos aprobados incluyen “el uso de detenciones administrativas en casos apropiados”, con la aprobación del fiscal general del Estado.
Además, entre las medidas que los servicios de inteligencia interior, el Shabak, recomendaron al Ejecutivo, informó el diario digital Ynet, figuran la colocación de una pulsera electrónica a los sospechosos o convictos de actos de terrorismo judío.
Pese a los esfuerzos por aplacar los ánimos, sobre el terreno la tensión era patente en Jerusalén, donde se produjeron choques y forcejeos en torno a los accesos de la Explanada de las Mezquitas entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes. Desde Gaza, milicianos palestinos dispararon dos cohetes contra Israel, uno de los cuales no alcanzó a cruzar la verja fronteriza, según medios locales.
El ejército y la policía israelíes están en estado de alerta desde el asesinato del bebé en Duma. Miles de israelíes se concentraron la noche del sábado en las principales ciudades del país para condenar a la extrema derecha por el brutal asesinato. También denunciaron la intolerancia hacia la comunidad homosexual tras el sangriento ataque del jueves de un ultraortodoxo judío en la marcha del Orgullo Gay de Jerusalén, que se saldó con seis heridos, uno de los cuales, una menor de 16 años, identificada como Shira Banki, falleció ayer.