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Seúl.— Corea del Norte y Corea del Sur llegaron a un acuerdo en las conversaciones para aliviar las tensiones que fueron en aumento en días recientes, informaron ayer fuentes oficiales.
En el marco de las conversaciones mantenidas desde el sábado en la localidad fronteriza de Panmunjom las partes acordaron que Pyongyang levantaría el “estado de casi guerra” y que Seúl pondría fin a la emisión de propaganda anticomunista en la frontera entre ambos países.
La información fue dada a conocer por el asesor de Seguridad Nacional surcoreano Kim Kwan-jin.
Corea del Sur había lanzado en la frontera una campaña propagandística que consistía en emitir mensajes anticomunistas por altavoces después de que dos de sus soldados resultaran heridos al estallar una mina en una zona desmilitarizada, en un hecho del que Seúl responsabilizó a Pyongyang.
Kim indicó que Norcorea presentó sus disculpas por la explosión de la mina, gesto que era reclamado por su vecino del sur en las conversaciones, y que lamentó formalmente las heridas sufridas por los soldados.
Estas declaraciones se dan luego de que el régimen norcoreano rechazara haber estado involucrado en la colocación de minas en esa zona. Ahora, destacó Kim, el régimen se comprometió a no reiterar ese tipo de provocaciones.
Después de que Corea del Sur respondiera con su estrategia de propaganda anticomunista, en la frontera se produjeron intercambios de disparos y el viernes el líder norcoreano Kim Jong-un ordenó que las tropas de frontera estuviesen dispuestas. Sin embargo, propuso simultáneamente iniciar conversaciones. Ayer también se acordó volver a permitir encuentros entre familias coreanas que quedaron divididas por la frontera. Las primeras conversaciones en este sentido tendrán lugar a principios de septiembre.
También se acordó celebrar conversaciones bilaterales en Seúl y Pyongyang. El conflicto entre las partes lleva décadas. Desde el fin de la guerra de Corea (10950-53) se han producido reiterados incidentes militares tanto en la frontera terrestre como marítima.
En las recientes conversaciones participaron, por parte norcoreana, el oficial de mayor rango político del Ejército Popular y el número dos extraoficial por debajo del líder Kim Jong-un, Hwang Pyong So; por parte surcoreana concurrieron, además de Kim, el ministro de Defensa Hong Yong-pyo.
Estados Unidos y las Naciones Unidas celebraron el acuerdo entre las Coreas. El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, dijo: “Apoyamos los incansables esfuerzos de la presidenta Park para mejorar las relaciones intercoreanas, que respaldan la paz y la estabilidad en la península coreana”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también señaló algunas medidas humanitarias que deberían seguir al acuerdo, como “regularizar la reunificación de las familias separadas”. El diplomático coreano consideró que este acuerdo debería servir como “el impulso de una difícil victoria” para retomar el diálogo en la cuestión nuclear.