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El viaje de mil 600 kilómetros hasta la frontera de Texas supuestamente llevaría a los adolescentes guatemaltecos hacia una vida mejor. En lugar de eso, fue el inicio de un terrible calvario: Los fiscales aseguran que fueron extraídos con engaños de la custodia federal por conspiradores que se hicieron pasar por familiares o amigos, y los obligaron a trabajar en condiciones de esclavitud.
Luego de que el sistema migratorio del país se viera abrumado por un flujo sin precedentes de niños que huían de la violencia en Centroamérica sin la compañía de un adulto, uno de sus paisanos ingenió un plan para obligarlos a trabajar en granjas avícolas en Ohio, asegura la fiscalía.
Arodolo Rigoberto Castillo Serrano se declaró el lunes culpable ante una corte federal de Ohio de los cargos de asociación delictuosa para trabajos forzados, trabajos forzados, manipulación de testigos y alentar el ingreso ilegal al país. No se ha fijado la fecha para que se le dicte sentencia.
Castillo Serrano, un guatemalteco de 33 años, había estado ilegalmente en Estados Unidos durante gran parte de la última década, según la fiscalía. En algunos casos, obligaba a los familiares de las víctimas a que le firmaran a su nombre las escrituras de sus propiedades en Guatemala para pagar el transporte de los jóvenes, asegurándoles que serían inscritos en escuelas una vez que llegaran a Estados Unidos. Eso nunca sucedió.
Su abogado se negó a comentar el lunes.
Las políticas migratorias de Estados Unidos dictan que los menores no acompañados que intentan escapar de situaciones peligrosas no pueden ser devueltos.
Una vez que los adolescentes estaban bajo custodia federal, se entregaban documentos falsos a la Oficina de Reubicación de Refugiados del Departamento Federal de Servicios Humanos y de Salud, según la acusación presentada en julio. Entonces, los conspiradores tomaban custodia, prometiendo brindar refugio y su asistencia a las fechas ordenadas por la corte para determinar su estatus migratorio.
En lugar de eso, choferes conocidos como "coyotes" llevaban a los jóvenes hasta Ohio, donde, esencialmente, eran obligados a trabajar largas jornadas y a vivir en casas rodantes en mal estado y se les quitaba la mayor parte de su salario para pagar por el traslado hacia Estados Unidos.
Los agentes federales encontraron 10 víctimas — ocho adolescentes y dos hombres de al menos 20 años — en este caso, pero los testigos aseguran que muchos otros han sido llevados a Estados Unidos desde Guatemala mediante el esquema de Castillo Serrano.
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