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Ferguson.— La tensión volvió a instalarse ayer en Ferguson (Missouri) un año después del asesinato del joven Michael Brown, con un hombre gravemente herido por disparos de la policía y más de 50 arrestos en las protestas, mientras las autoridades decidieron declarar estado de emergencia.
Tras el grave tiroteo registrado el domingo al margen de las manifestaciones en la ciudad de Ferguson, en el aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown por disparos de un oficial blanco, desde el condado de St. Louis, al cual pertenece Ferguson, se comunicó que no se tolerarán más actos de violencia.
El jefe de la policía de St. Louis, Jon Belmar, asumió la dirección policial de Ferguson y alrededores. Se hará todo lo necesario “para mantener el orden, evitar delitos y proteger la vida y la propiedad de nuestros ciudadanos”, señaló el comunicado de las autoridades.
“Los recientes actos de violencia no serán tolerados en una comunidad que ha trabajado sin descanso durante el último año para reconstruir y ser más fuerte”, dijo Steve Stenger, jefe del condado, en alusión a los grupos que desde la noche del domingo coreaban “estamos listos para la guerra” mientras se mezclaban entre manifestantes pacíficos que evocaron la memoria de Brown.
“El tiempo y la inversión en Ferguson y Dellwood no serán destruidos por unos pocos que quieren violar los derechos de los demás”, dijo mientras la policía se desplegaba en Ferguson.
Tras una serie de protestas pacíficas el domingo, un hombre abrió fuego contra cuatro agentes, según la policía. Tras ello, respondieron disparando al agresor, quien fue operado y se encuentra grave. Los cuatro agentes involucrados fueron dados de baja administrativa, declaró Belmar.
Poco antes, Belmar dio a conocer la identidad del joven de 18 años que había disparado contra la policía de Ferguson. Se trata de Tyron Harris, quien se recupera de las heridas en un hospital de la zona y se enfrenta a un rosario de cargos por asalto y una acción criminal de asalto contra efectivos de la policía. Harris tendrá que pagar una fianza de 250 mil dólares. Según el St. Louis Post-Dispatch, el presunto agresor era cercano a Brown.
Esta versión, sin embargo, ha sido cuestionada por el padre del joven, quien aseguró que su hijo estaba acompañado de dos amigas en el momento de los disparos y que ambas niegan que Tyron estuviera armado.
La fiscal general Loretta Lynch emitió un comunicado para condenar los hechos: “La violencia enturbia cualquier mensaje de protesta pacífica y coloca a la comunidad, así como los oficiales que tratan de protegerla, en peligro”, dijo en un mensaje de abierta condena contra el supuesto agresor.
Las versiones encontradas, en el caso de Harris, provocaron protestas a las afueras de la corte federal de St. Louis Missouri, donde la policía tuvo que intervenir y arrestar a una docena de personas que gritaban “las vidas de negros importan”.
Entre los detenidos figuran personalidades como el profesor emérito de la Universidad de Princeton, Cornel West, uno de los académicos más vinculados a la inacabada lucha por los derechos civiles de los afroestadounidenses.
Con información de agencias