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Buenos Aires.— Los argentinos pasaron ayer por las urnas con una sola certeza y un sinnúmero de interrogantes. En la víspera se inició la recta final del kirchnerismo en el poder. Pero las preguntas son muchas y variadas con los primeros resultados a la vista. Daniel Scioli, obediente gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y maltratado por años desde el gobierno nacional, obtuvo el primer lugar pero no logró asegurar un desempeño sin esperar una definición, en octubre, sin segunda vuelta.
Los primeros cómputos que manejaba anoche el Ministerio del Interior, le otorgaba al gobernador un 36.25% de los votos contra 30.67% que sumaba Macri con sus dos socios políticos, Ernesto Sanz y Elisa Carrió, y un 22.92% del alcalde de Tigre, Sergio Massa. Si los cómputos oficiales ratifican estos márgenes, Massa se convertirá desde hoy en el árbitro absoluto de la suerte de Scioli y Macri, dos candidatos que, por momentos, se parecen en las dos caras de la misma moneda.
En las primarias de ayer, donde no faltaron las denuncias y las quejas por el robo y la falta de boletas electorales, quedó más que claro que la pelea en las presidenciales del 25 de octubre, estará centrada en la Provincia de Buenos Aires. “El escaso margen que separa a los candidatos del kirchenrismo del macrismo y de Felipe Solá, postulante del peronismo disidente, demuestra que el panorama electoral está abierto”, según el analista Rosendo Fraga.
No fue una buena jornada para la presidenta, Cristina Kirchner, aunque su cuñada, Alicia Kirchner, fue la más votada en la provincia de Santa Cruz, su feudo político, y su hijo Máximo Kirchner, de 38 años, ganó en elecciones primarias una candidatura del oficialismo para diputado nacional.
Ayer se inició, oficialmente, el final de época del kirchnerismo. De con quién tendrá que negociar la sucesión, si con Scioli o con Macri, dependerá en gran parte de la actitud y los acuerdos que alcance en los próximos meses Massa. Por lo tanto, el panorama que surge de las elecciones primarias de ayer, es más que complejo y hasta riesgoso, si se tiene en cuenta “el sinuoso panorama económico que enfrenta el país”, según la visión del ex ministro Roberto Lavagna, quien ayer logró quedar como candidato a diputado por el peronismo disidente.
Otro dato singular fue el bajo caudal de votantes, fruto del mal tiempo y de las inundaciones que afectan a buena parte del país. Según el registro Nacional Electoral, votó 69% del padrón. Lo que para algunos analistas, como el caso de la socióloga Mariel Fornoni, “es un caudal que en octubre podría ayudar a definir una elección”.
Ayer, los candidatos quedaron definidos. Scioli y Macri ya están en la lista, junto a Massa y el resto, para oficiar de árbitros, pero las preguntas para los argentinos se acumulan, principalmente, de quién será el sucesor de Cristina Kirchner. Todo parece indicar que en un final abierto la respuesta llegará recién en noviembre, cuando se celebre la segunda vuelta.